miércoles, 4 de noviembre de 2020

No hay dinero para los funcionarios


 

 

Según informaba este rotativo hace unos días, el Govern ha aprobado el proyecto de presupuestos para el próximo año que ascenderán a 5.881,5 millones de euros, lo que supone un 0,2 por ciento menos que el de 2020. La Consellera de Hacienda, Rosario Sánchez, presentó los presupuestos en una rueda de prensa. Preguntada por el anuncio sobre la congelación del sueldo de los empleados públicos, ha indicado que “en las circunstancias actuales se han priorizado otras cuestiones que no son el incremento de sueldos”.

Obviamente, los sindicatos han puesto el grito en el cielo. Uno de sus argumentos es que aquellos que han sacrificado más para contener la pandemia han sido los funcionarios y lo que reciben a cambio es una pérdida de su poder adquisitivo. No es justo.

Los presupuestos están disponibles en internet para toda la ciudadanía. Cualquiera los puede consultar. Yo lo he hecho, pero tengo que admitir que no he entendido ni papa. No obstante, algunas cosas he pillado. Vamos a ver qué ha priorizado el Govern en sus presupuestos que ha impedido revalorizar los salarios de los funcionarios.

En prácticamente todas las direcciones generales e instituciones de la Comunidad Autónoma, además de en el Parlament, se ha priorizado que continúe el gasto en prensa, revistas y otras publicaciones. Entre 16.000 y 500 €, para cada dirección general. Los servicios comunes tienen presupuestado un gasto de prensa de 105.000 €. Esta partida incluye, fundamentalmente, los periódicos que van a tener a su disposición los directores generales, los altos cargos, consellers y presidentes. Me pregunto si no hubiera convenido más a un criterio de solidaridad y equidad, que durante el 2021, año durante el que la crisis va a afectar trágicamente a las islas, la Presidenta, los políticos y altos cargos, como gesto solidario, se pagaran de su bolsillo los periódicos y publicaciones que desearan leer, como tiene que hacer cualquier ciudadano de a pie, en lugar de cargarlo al erario público.

Siguiente punto espinoso es la indemnización por residencia. Lo que cobra un funcionario de carrera es apenas el 3% de lo que cobra por este concepto un político, denuncian los sindicatos. Sin embargo, en los presupuestos para el 2021, no existe ninguna rebaja en esta indemnización para la clase política. Me llevo las manos a la cabeza y pienso si los políticos no podrían haber realizado un pequeño esfuerzo solidario y haberse apretado un poquito el cinturón, reduciendo las cuantías de esa indemnización a lo mínimo. Sobre todo, teniendo en cuenta que, como dicen a los medios, todos nos tenemos que sacrificar para salir de esta crisis.

Siguiente partida de los presupuestos que llama mi atención, la comunicación institucional. Se le asignan casi 3.000.000 euros. La comunicación institucional es una manera fina de hablar de propaganda política. Por ejemplo, ese cartel enorme que hay en las obras de las carreteras anunciando que se están realizando obras en la carretera gracias al gobierno de turno y a los fondos europeos, es propaganda que tiene la intención de rentabilizar electoralmente. Este tipo de anuncios no son necesarios, así como anuncios de una página en los periódicos informando de lo que está haciendo el Govern. Se ha priorizado continuar con este gasto en lugar de dotar de mayor poder adquisitivo a los funcionarios.

También ha priorizado el Govern por encima del aumento del sueldo de los funcionarios, el gasto en postales. A ver, ¿ustedes creen que en medio de la mayor crisis que está viviendo esta comunidad autónoma, no puede la Administración renunciar a las postales?

Déjenme ilustrarles con otra atrocidad presupuestaria más, otro ejemplo de las prioridades del Govern. Hay partidas de dietas. Hay partidas de gastos por la asistencia a reuniones y conferencias. Hay partidas de gastos de traslados, además de gastos de gasolina de los coches ¡Qué bien que nos la meten! Además de pagar la asistencia a una reunión o a una conferencia, hay que pagar por el traslado y por las dietas. ¡Por lo mismo, estamos pagando a determinados cargos de la Administración Pública, tres veces! Esto es lo que ha priorizado el Govern por encima del salario de los funcionarios.

Si sumamos el importe total de todas las partidas innecesarias en tiempos de crisis, si reducimos las retribuciones de políticos y altos cargos, los únicos que no se congelan sus prebendas económicas, salen las cuentas y pueden aumentarse los salarios de los funcionarios en proporción al encarecimiento de la vida y a su merecido reconocimiento en esta crisis que es, digámoslo bien alto, cuestión de todos, también de los políticos.

Francisco Capacete González

Filósofo y abogado

 

 

sábado, 19 de septiembre de 2020

El Estado sale al rescate



Ya prácticamente nadie recuerda el rescate de la banca española que se realizó como consecuencia del agujero financiero que provocaron intencionadamente las entidades bancarias y que tuvo su momento más agudo en 2008. Las negociaciones comenzaron en junio del 2012 y en diciembre ya estaba todo arreglado. Seis meses para un proceso muy complicado en el que participaron la comunidad europea, el estado español, auditores internacionales, entidades bancarias, se crearon organismos como el FROB y el SAREB, todo ello en un tiempo récord. Todos los mecanismos administrativos de varias instancias se pusieron a trabajar a destajo para que la banca española no terminara en la uci por insolvencia aguda. El Estado salió al rescate de unas empresas privadas con un frenesí digno de súbditos que adoran a sus dueños.

Desde el estado de alarma, el Estado ha tenido que salir al rescate de otras empresas privadas y de los trabajadores que están padeciendo los efectos, no de su avaricia –como fue el caso de la banca-, sino de una pandemia que nadie podía prever.

¿Cuánto tiempo durarán las negociaciones y cuánto tiempo tardará el estado en pagar los ERTES a los trabajadores? ¿Trabajará tan duro como lo hizo con la banca? ¿Se coordinarán las diversas administraciones para lograr el objetivo lo antes posible? Las respuestas, desgraciadamente, son negativas. Llevamos más de seis meses y todavía se están negociando las prórrogas de los ERTES. La administración central y las administraciones autonómicas se enfrentan y no se ponen de acuerdo. Aunque en junio el Gobierno aseguraba que de los casi tres millones y medio de trabajadores afectados por ertes sólo quedaban unos trescientos mil por cobrar, otros agentes sociales y políticos lo desmentían y hablaban de un millón. Pero, más allá de los datos publicados en boletines y entrevistas, en la calle se escuchaban y se siguen escuchando las voces de aquellos trabajadores que siguen mirando con esperanza sus cuentas bancarias, para saber si se les ingresa la paga prometida. ¡Espero que no tengan que esperar tanto como el pueblo hebreo para pisar la tierra prometida!

En junio el CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) pedía al Gobierno que aumentara la plantilla de funcionarios para tramitar los ERTES que iban llegando y los que presentaban irregularidades ¿Creen ustedes que el Gobierno hizo lo mismo que con la banca, que creó dos entidades ex profeso (FROM y SAREB) para coordinar el rescate y sus consecuencias? No lo crean, ni un solo funcionario más de los que ya estaban adscritos a los servicios de tramitación de los ERTES. No se ha creado ninguna oficina especial, no se ha asignado ningún funcionario extra, los teléfonos de cita previa no funcionan o están colapsados y las páginas web no tienen respuestas concretas.

¿Cómo es posible que la Administración pública –da igual el partido que gobierne- implemente toda una serie de medidas e instrumentos para salvar a la banca en un tiempo récord y que no haga lo mismo para salvar a los trabajadores? Esta es una cuestión de intenciones, no de imposibilidades legales ni procedimentales. Y es que los partidos políticos tienen sus favoritos, todos ellos prefieren a la banca, a las eléctricas, a las farmacéuticas, etc., antes que a los trabajadores. Esto es un hecho, se diga a voces o no.

Los partidos que integran el Gobierno del Estado cambian cada equis elecciones. Se van turnando la derecha y la izquierda regularmente, rítmicamente, diríase consensuadamente, alternándose políticas que de cara a la galería parecen más liberales unas y más sociales otras. Sin embargo, en las cocinas y cloacas del Gobierno se cuecen las mismas intrigas, los mismos ocultos proyectos, las mismas absurdas medidas, los mismos corruptos propósitos. Da igual el partido que gobierne, el palacio sigue oliendo a podredumbre.

La Política no es esto. La Política es la ciencia y el arte de conducir a los ciudadanos hacia un ideal de justicia que podemos llamar “civilización”. Una civilización es una sociedad que tiene conciencia de su propia identidad integrando las diferencias y los matices en un proyecto común. La Política tiene más de filosofía que de economía porque necesita de ideas claras y elevadas para servir a todos los ciudadanos sin excepción. Un Político es un ciudadano que ha aprendido a conducirse a sí mismo y, por esta razón, puede ayudar a conducir a los demás. Es una persona austera, sencilla, digna, independiente de los poderosos y de los miserables, afable con los gobernados, sensible con los desfavorecidos, tajante con los injustos y dialogante con los países vecinos. Confucio lo describió con el ideal del Ju y Platón con el ideal del Guardián. Ambos explicaron que un verdadero Político sirve exclusivamente a la Justicia y a su Pueblo.

Francisco Capacete González

Abogado y Filósofo

viernes, 21 de agosto de 2020

Las crisis de la crisis

 

La historia, como todo en este universo, sigue la ley o principio de causalidad. Los fenómenos históricos, los hechos, vamos, lo que pasa, es la consecuencia de hechos anteriores que los han producido. Todo tiene una causa y toda causa tiene una consecuencia. A esta ley los orientales le llamaron karma. Vivimos un momento de la historia de la humanidad muy interesante porque se están precipitando las consecuencias de las crisis anteriores y esto nos permite enlazar unas causas con otras, en una cadena que puede darle sentido a nuestro presente. Si sabemos por qué ocurren las cosas duelen un poco menos y podemos encontrar una solución más eficaz.

Dicen los físicos que la materia es energía y que la energía tiene el poder de mover la materia. Efectivamente, sin la energía generada por la combustión o por la electricidad, el coche no se mueve. Dicen los filósofos orientales y los psicólogos que las emociones y los deseos mueven la energía y efectivamente, por muy cansados que nos encontremos, si nos invitan a algo que nos gusta mucho sacamos ganas y energía hasta de debajo de las piedras. Y lo psíquico puede ser equilibrado por lo mental porque las ideas tienen el poder de darle forma, sentido y armonía a todo lo demás. Existe una especie de cauce natural en la que lo mental se vierte e influye en lo psíquico, lo emocional, a su vez, lo hace en el ámbito energético y éste en la materia. Por lo tanto, las crisis materiales tienen su causa en las crisis energéticas, éstas en las crisis psicológicas, que son causadas por crisis mentales y, en última instancia, estarían las crisis de valores espirituales. Vamos a ilustrar esto con ejemplos recientes.

Nos encontramos inmersos en una crisis material, la que afecta a nuestra salud y nuestro cuerpo. Esta situación no debe hacernos olvidar que un número importante de seres humanos y animales sufren una crisis mucho más material y angustiosa que es la falta de recursos para sobrevivir. También es una crisis material. Es la que más se ve. Es la menos invisible, la más impactante, como todo lo material. La causa de esta crisis la vamos a encontrar en la crisis energética. La crisis del petróleo que ocurrió en los setenta, inició un periodo de angustia que se intentó superar con la especulación y la acumulación de riqueza. Miles de millones de seres humanos perecieron a consecuencia de la avaricia de unos pocos. ¿Se acuerdan de las crisis humanitarias de los setenta y ochenta? No se buscó la causa de la angustia, sino que se tapó la herida y se siguió adelante, a pesar del tufillo creciente a podredumbre. En los noventa llegó el paraíso para la clase media que creció y se enriqueció, cada uno a su medida. Euforia económica y consumista. Borrachera de éxito. Al día siguiente llegó la resaca (crisis económica) y cuando se pasaron los efectos de la juerga, gracias al café cargado de la burbuja inmobiliaria e hipotecaria, se destapó la herida que ha venido a desembocar en la crisis sanitaria de la Covid-19 y la Covid-20 (la reciente mutación del coronavirus).

La crisis económica que ha generado una deuda pública inasumible, niveles de paro desbordantes, situaciones críticas de bancos y empresas, etc, fue generada por la crisis psicológica que supuso la Segunda Guerra Mundial y la posterior Guerra Fría. El uso de la bomba atómica contra población civil en Nagasaki e Hirosima y los campos de concentración alemanes y soviéticos, traumatizaron a millones de personas en todo el globo. ¡Qué miserables habíamos llegado a ser!  ¿Dónde quedaban los derechos humanos, la dignidad, todo aquello por lo que los demócratas del mundo habían luchado? ¿Quiénes eran el bueno y el malo en esta película? Y para rematarlo, Vietnam. Ya no importaba nada, los valores humanos se defenestraron y se abrió la puerta a la especulación salvaje, a la experimentación con los pueblos y a la crisis económica que se fraguó, precisamente, por la falta de valores humanos que aprovecharon los avaros sin alma.

La psiquis colectiva estaba débil por la crisis mental, es decir, de las ideas y el conocimiento. La hallamos en los años veinte con los inicios de la física cuántica y la crisis del materialismo. Cuando todo el mundo pensaba que ya no quedaba nada más por descubrir y que el cosmos quedaba explicado por las leyes que reformuló Newton, entran en escena las partículas subatómicas con su obsesión por comportarse, a la vez, como partículas y como ondas, es decir, como materia y como energía. Con el desarrollo de la física de partículas o mecánica cuántica, se fue descubriendo que el mundo no era como se pensaba y que el tiempo y el espacio no eran sólo lo que se conocía hasta el momento. La crisis mental o del conocimiento fue la duda, una duda propiciada por los filósofos nihilistas y existencialistas y, en mayor medida, por los tres filósofos de la sospecha, Nietzsche, Marx y Freud.

Si queremos, de verdad, superar la crisis que vivimos en estos momentos, no basta con las medidas higiénicas y profilácticas, es necesario comenzar por tener unas ideas claras -este es el gran valor de la filosofía-, armonizar las emociones y deseos -por ejemplo, haciendo ejercicios de desear menos cosas- y, por último, administrar nuestra energía y nuestro dinero en base a valores humanos y no al egoísmo ni la avaricia. Durante cien años hemos dejado que el mundo se vaya cayendo sin hacer nada por evitarlo. La consecuencia es que ahora nos encontramos con mucho por hacer. Hay que volver a construirlo. ¡Levántate, Lázaro y levanta el mundo! ¡Así se superan las crisis!

Francisco Capacete González

Filósofo y abogado

 


miércoles, 15 de julio de 2020

Los gatos de Cala Gat

Petición · No a la retirada de la colonia felina legalizada de ...

Informaba Diario de Mallorca el pasado 5 de julio que el ayuntamiento de Capdepera ha ordenado el cambio de ubicación de la colonia felina de Cala Gat, después de haber recibido quejas de vecinos de esta zona urbana, manifestando que no desean esta instalación en un área residencial. Los problemas con las colonias felinas son, desgraciadamente, un problema de desinformación. La ciudadanía no sabe los múltiples beneficios que aportan las colonias controladas de gatos. Algunas personas opinan que no traen más que problemas. Sin embargo, esto no es cierto. La otra vertiente de la desinformación es el desconocimiento o poca formación legal que tienen la mayoría de técnicos municipales y concejales respecto a la regulación legal del tema. Veamos qué dicen las leyes.

Las competencias de los ayuntamientos se regulan fundamentalmente en los artículos 7, 25, 27 y 36 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local. El artículo 25 de la LRBRL recoge las competencias específicas de los municipios, señalando que los mismos ejercerán en todo caso como competencias propias en las siguientes materias:

j) Protección de la salubridad pública.

En este epígrafe entran todos aquellos temas que tienen que ver con las condiciones de salud pública, esto es, las condiciones saludables del entorno urbano o rural en el municipio. La proliferación de animales sin control puede afectar a la salubridad pública por cuanto pueden convertirse en vectores de transmisión de zoonosis. Los animales que no tienen dueño también son competencia de los ayuntamientos. Por consiguiente, corresponde a los ayuntamientos la regulación de las colonias felinas. Como el municipio de Capdepera, en el que se ubica la colonia felina de Cala Gat, no ha regulado las colonias felinas, debemos considerar a los gatos que las componen como animales domesticados e ir a lo que la ley ordena para estos.

La Ordenanza de medidas para fomentar y garantizar la convivencia ciudadana en el espacio público de Capdepera establece en su artículo 230 que “El trato que reciban los animales se ha de regir por criterios humanitarios. Queda prohibido dañarlos y tratarlos con crueldad, sean de la especie que sean”. Esto significa que, de aprobarse el traslado de una colonia felina, debe realizarse de manera gradual, para que los gatos no sufran por el cambio de localización. Se sabe que los gatos son extremadamente territoriales y sufren mucho que se les separe de su territorio. La reubicación de una colonia de gatos no es fácil y debe realizarse siguiendo un protocolo avalado por un técnico entendido en comportamiento animal.

El artículo 267 dispone que “La captura y el transporte de los animales se hará siguiendo criterios humanitarios, con técnicas adecuadas a cada animal, en condiciones higiénicas y con garantías para la seguridad del personal que participe. El personal que se encargue ha de ser especializado”. El ayuntamiento de Capdepera debe dedicar personal especializado a la reubicación de la colonia de Cala Gat. Así lo ordena su propia normativa. Y la captura y transporte de los gatos de la colonia debe realizarse de tal manera que los gatos no sufran gratuitamente. La captura ha de ejecutarse con jaulas trampa adecuadas, guiándose en todo momento por la etología propia de la especie. El transporte y la nueva zona donde se ubicará la colonia debe seguir el criterio dictado por la autoridad científica para que los gatos se desorienten y orienten sin padecer más estrés del estrictamente necesario. Esto no es difícil siempre y cuando se cumpla con lo que indican los especialistas.

La Ley 1/1992, de 8 de abril, de Protección de los Animales que viven en el entorno humano establece en el artículo 3 que se prohíbe infligir daños, sufrimientos o molestias gratuitas a los animales. Los vecinos que no toleran a los gatos o a las colonias deben tener claro que cualquier conducta que atente contra ellos puede suponer una infracción administrativa o, en los casos graves, un delito. Asimismo, el ayuntamiento debe cuidarse de no forzar la reubicación de los gatos porque podría incurrir en una infracción administrativa.

Para que las Entidades locales puedan cumplir con todas sus responsabilidades necesitan una suficiente financiación, personal formado y medios materiales suficientes. A día de hoy, pocos son los municipios que pueden implementar los medios materiales y humanos para cumplir con todas sus competencias en materia de protección animal. Sin embargo, no pueden hacer dejadez de sus funciones. Los ayuntamientos deben proteger a todos los animales que se encuentren en su municipio. El ayuntamiento de Capdepera debe proteger, porque la ley así lo ordena, a la colonia felina de Cala Gat.

El papel de las Entidades locales en la protección animal es crucial y cada vez lo será más. Pensar globalmente y actuar localmente adquiere más significados y relevancia a la luz de las competencias que tiene atribuidas en materia de protección animal.

Francisco Capacete González

Especialista en Derecho Animal

 

 


domingo, 14 de junio de 2020

La gran epidemia del plástico


Desde cierto punto de vista todos los seres humanos somos filósofos, porque nos hacemos preguntas sobre el origen de las cosas, sobre las cosas mismas y sobre su futuro o destino. ¿De dónde vengo, quién soy y adónde voy? Son las tres cuestiones fundamentales que recogen todas las preguntas que nos planteamos sobre las cosas de la vida. En los últimos años, algunos grupos ecologistas, activistas de todo el mundo y filósofos nos venimos preguntando ¿adónde va el plástico?

Las corrientes de la bahía de Manila llevan diariamente a una de las calas toneladas de plásticos que llegan al mar desde múltiples lugares de Filipinas. El municipio al que pertenece aquella cala y las organizaciones ecologistas recogen lo que pueden cuando las tormentas depositan los desechos en tierra firme. Pero al día siguiente, un nuevo cargamento anónimo de residuos plásticos, regresa paciente al frente de sus costas, cual caimán acechando a sus presas apostado cerca de la orilla.

No hace falta irse al sudeste asiático o al pacífico para descubrir la plaga plástica que ha alcanzado proporciones bíblicas. En nuestra Serra, lugar paradisíaco según los folletos turísticos, los buitres escasean y los envases proliferan. Es imposible recorrer cien metros sin cruzarse con algún residuo plástico. Envases de refrescos, bolsas, tapones, recipientes, filmines, toallitas, palillos, tarjetas, zapatillas, tiritas, bolsitas de geles, bandejas, encendedores, bolígrafos, pajitas, lonas, cubiertas de móviles, cajetillas de cigarrillos, juguetes, cajas, tetrabriks, bridas, monturas de gafas de sol y muchos otros ejemplares de esa fauna inextinguible, me encuentro en mis excursiones y acampadas.

¿Este es el destino del residuo plástico? ¿El medio ambiente? El plástico es un producto que se fabrica con derivados de los carburantes fósiles. Es prácticamente inmortal porque tarda muchísimos cientos de años en degradarse. Además, sólo un pequeño porcentaje puede efectivamente reutilizarse, de modo que el 97% del residuo plástico que se produce en el mundo no regresa a la cadena de utilización. Su destino es el medio ambiente, basureros subterráneos o las centrales de incineración. Dicho de otro modo, el 90 % del plástico que se fabrica en el mundo termina, directa o indirectamente, contaminando el planeta.

El residuo plástico se ha convertido en un problema global de contaminación, cuya solución es compleja y difícil. Hace unos cuarenta años que comenzó a introducirse el plástico en la cadena de consumo. Al principio se elogiaban sus características. Campañas de publicidad y marketing lograron convencer a los consumidores que la vida sería más fácil y agradable con el plástico. Es cierto que es un material que permite fabricar cosas que con otros materiales serían menos eficaces, como sucede con elementos que se usan en medicina. El problema es que la producción masiva de plástico ha crecido exponencialmente en los últimos 15 años sin que se haya logrado crear una alternativa efectiva para el destino contaminante del mismo.

Cada vez somos más conscientes de la grave contaminación derivada del abuso del plástico. Ante este problema las multinacionales productoras y los gobiernos han ido implementando políticas y campañas de reciclaje. Desgraciadamente, ha sido más un lavado de imagen que otra cosa. Sabemos que el reciclaje se ha convertido en otro negocio. Gran parte del plástico que las empresas de reciclaje recogían, lo vendían a empresas chinas, sin importarles el destino final, hasta que el gobierno chino lo prohibió. Entonces hubo que buscar otras empresas de otros países que pudieran hacerse cargo de las toneladas de residuos que se acumulaban en las naves occidentales. Pronto aparecieron pues el negocio es redondo. En Tailandia, Filipinas y otros países con una legislación medioambiental permisiva, existen empresas que cobran por recibir los residuos y depositarlos, sin ningún tipo de reciclaje ni medida anti-contaminación, directamente en el suelo de sus parcelas. Miles de empresas de reciclaje no reciclan, solamente depositan los residuos en vertederos privados. Estas empresas, que no pasan auditorías, sirven a las empresas occidentales para ocultar la huella contaminante del plástico. Así logran las empresas y países occidentales sus certificados de bajo impacto ambiental y una buena imagen como instituciones realmente preocupadas por el reciclaje. En verdad, que lo que están haciendo es poner su basura bajo la alfombra del vecino.

Frente a estas prácticas es necesario que los gobiernos obliguen a la responsabilidad extendida del productor, para que las empresas se hagan cargo efectivamente de los envases y envoltorios. Así, se podría frenar el exceso de envasado.

En el otro lado, estamos los consumidores. Nosotros también tenemos parte de responsabilidad en el asunto. Recomiendo seguir la filosofía del residuo cero. Al principio es complicado, pero con un cambio gradual de hábitos podemos generar hasta un 80 % menos de residuos. Fundamentalmente, se trata de no consumir productos extra envasados, priorizar la compra de proximidad y no caer en la tentación de tirar nada al suelo. Lo que lanzamos al suelo no desaparece, aunque dejemos de verlo. Imagínate que los 7.000 millones de personas que habitamos el mundo actualmente, tirásemos al suelo cada día un envase de plástico. No podríamos salir de casa. Pues esto es, en verdad, lo que está pasando. Trabajemos por curarnos de la gran epidemia del plástico.

 

Francisco Capacete González

Filósofo

 


martes, 9 de junio de 2020

Mentiras de la historia (III): los romanos era "mu" malos


Seguimos destapando falsos tópicos que se han formado de la historia de la humanidad. En esta ocasión nos vamos a referir a la Roma antigua, sobre la que pesa una opinión de maldad, sangre y desenfreno.

Como me apasiona la historia suelo conversar sobre estos temas con amigos y conocidos. También es un tema que imparto en las clases de filosofía. De modo que he podido comentar con muchísimas personas el aporte de Roma al mundo. Nueve de cada diez personas tienen una imagen negativa y deformada de la civilización del Lacio. A ello han contribuido las célebres películas hollywoodienses en las que los romanos eran muy malos y los primeros cristianos muy buenos. ¡Todos conocemos el enorme daño que ha producido el cine a la historia!

Shakespeare le hace decir al personaje de Marco Antonio en su obra Julio César que el mal que hacen los hombres les sobrevive, mientras que el bien reposa con ellos en su tumba. Recordamos las facetas negativas de Roma y olvidamos todas las facetas positivas y constructivas que tuvo. Para hacer un poco de justicia vamos a sacar del baúl de los recuerdos el bien que Roma aportó a la historia.

En primer lugar, citaremos la higiene. Algunos investigadores han dicho que Roma fue la civilización de la salud por el agua. No en vano el acrónimo “spa” con la que denominamos a determinados centros de relax y salud deviene de la expresión latina Salus per Aquam. La bacanal fue algo muy excepcional en toda la historia de Roma. Los romanos eran frugales en el comer y en el beber, hasta el emperador se desayunaba con un vaso de agua. La bacanal como costumbre no fue propia de Roma, sino que lo es de nuestra sociedad contemporánea. Recordemos los festines pantagruélicos que nos damos en fechas señaladas, en domingos de reunión familiar, en celebraciones y aniversarios. Esta es una de las causas de la mala salud que sufre la población en los países ricos.

Otro elemento de valor incalculable que proporcionó Roma fue la idea de la integración de lo diferente. A nivel religioso encontramos que en la cultura romana se respetaban todas las religiones. El romano tenía su religión familiar y el estado su culto público, pero cada ciudadano tenía libertad de profesar culto a sus dioses y según sus ritos. Esta integración la vemos plasmada en el Panteón que Augusto mandó construir a Agripa. En el orden artístico y cultural, Roma se empapó de Grecia, se vistió de egipcia, se institucionalizó hispana y se coronó cristiana. Para integrar lo diferente construyó caminos que comunicaron a toda Europa y a ésta con Asia y África. La red principal de carreteras europeas sigue el trazado de las calzadas romanas. ¡Cuánto hemos aprovechado los puentes, acueductos y túneles construidos por los ingenieros romanos! Sin el trabajo disciplinado de aquellos legionarios Europa seguiría en la edad media.

¡Y qué tenemos que decir de la cultura de la huerta y el uso de las aguas subterráneas! Generaciones enteras han comido gracias al conocimiento que desarrolló Roma sobre agricultura, hidráulica, aguas freáticas y cultivo de regadío. Por otro lado, también conviene reconocer que la mayoría de centros termales fueron descubiertos por los zahoríes romanos.

La ciencia del urbanismo relaciona salud y ciudad. Este concepto de ciudad habitable es romano. Cuando tomaron contacto con el pueblo etrusco, descubrieron que sus algunas de sus ciudades seguían un trazado regular y pensaron que sería bueno inspirarse en ellas para construir los campamentos militares que, a su vez, se convirtieron en el germen de muchísimas ciudades modernas y en ejemplo para los urbanistas de los siglos XIX y XX.

Innumerables son los aspectos positivos de Roma. Aquí reseñamos un escaso puñado, pero podríamos extraer espuertas bien repletas. No obstante, me resisto a cerrar este artículo sin referirme a la filosofía romana.

El estoicismo es la filosofía netamente romana. Nacida en Grecia de la práctica de Zenón, alcanzó su cénit con las figuras de Epícteto, Séneca y Marco Aurelio, un esclavo, un abogado y un emperador. Es la filosofía práctica que estamos promoviendo los filósofos actuales para ayudar a la sociedad a salir de la crisis moral en la que está sumida. Su valor es incalculable, su practicidad inmediata y su universalidad patente.

Es cierto que Roma tuvo sus fallos y defectos, como también sus virtudes y aciertos. Como en las cordilleras, descubrimos valles y cimas. Y como en las cordilleras, en Roma descubrimos la grandeza, porque nunca cayó en el defecto de ser pequeña.

Francisco Capacete

Filósofo


domingo, 7 de junio de 2020

La patria no tiene quien le escriba


Queremos señalar con este breve artículo la crisis de identidad por la que están pasando algunos pueblos en el mundo. La reflexión sobre este hecho va pareja a la reflexión sobre la patria, pues donde la identidad se difumina, la patria se convierte en fantasmal teoría que nada mueve y a nadie une. Ambas van juntas como van unidas patrimonialmente la pezuña del buey que tira del carro y su sombra.

A menudo, en este circo ambulante y tirano que es la actualidad, presenciamos espectáculos de patriotismo vacíos de identidad. Si a cualquiera que airea su bandera ostentosamente se le preguntara qué es ese ser nacional que corea, en un primer momento, le veríamos caer presa de una quietud acompañada de una mirada enfocada hacia el infinito, tras lo cual vendría un regreso a la carne patriótica para reafirmar su pertenencia al ser nacional y, por último, ante la incapacidad de poder dar respuesta sobre qué es ese ser nacional, una mayor agitación de brazos, voces y banderas.

Pongamos como ejemplo el ser español, pues algo podré decir con propiedad cuando mis padres nacieron en la misma tierra que Velázquez y mis apellidos entroncan con linajes de humildes herreros de Castilla y León. Por mis venas corre sangre española, aunque mi discurso nace sereno y universal, pues todas las patrias y tierras del mundo están unidas y no separadas, excepto las islas incomunicadas, que a día de hoy deben quedar menos que hombres y mujeres sensatos en política. Muchas veces me he preguntado, indagando en mi natural ascendencia y actual presencia, qué es ser español. Es difícil describir lo que uno es siempre, lo que llevamos adherido desde nuestra concepción, lo que vuela con nuestra respiración, lo que se mueve con nuestras manos, lo que impregna la letra que escribimos y el sonido que proyectamos. Siendo la aventura riesgosa y la recompensa escasa, no menos venturosa debe ser la voluntad de emprenderla a fuer de quedar preso de la impotencia. Es preferible una honrosa derrota que una huera pasividad hamacada de falsa tolerancia.

La base de la identidad española es la bronca íbera, el lance iracundo entre pueblos hermanos. ¡Qué ya desde tiempos de Indívil y la de Elche venimos afanados en batir el récord mundial de lances fraticidas! Y es que nos sobra coraje y nos falta genio. Siendo ambos atributos propios del ser español, preferimos el primero al segundo. Porque lo nuestro es recordar a nuestros antepasados y no perdonar lo que ellos no perdonaron es que no se nos caen los anillos a la hora de abroncarnos. ¡El pasado, ay, el pasado! Lo adoramos aun cuando es una piedra de molino que cargamos en el cuello y que nos impide elevar la testuz y ver más alto. De la mirada encaramada nace nuestro genio, el genio cervantino, el genio generoso, el caballeroso genio que, loco y cuerdo a la vez, es capaz de traccionar del carro de la civilización.

¡Cuántos genios españoles hemos sacrificado en el ara de la discordia! ¡Cuántos poetas, sacerdotes, madres e hijos hemos lacerado con las piedras del odio! ¡Cuántos brillantes númenes de la cultura hemos lanzado por cubierta! Nos tapamos la cara de vergüenza y, con la birra en la mano, preferimos mirar a otro lado, olvidando tanto ultraje bebiendo de la copa de la indiferencia cómplice. Ciertamente, la patria española no tiene quien le escriba. El genio permanece ocioso, dormido entre meseta y cordillera, recostado en los tajos, desentendido de los olivares y los naranjos.

Es hora de echar mano de nuestro coraje secular para liberarnos de la rencilla y promocionar el genio. Ese genio que condujo la pluma de Cervantes, el pincel de Goya, la mirada atenta sobre el microscopio de Ramón y Cajal, la lucha legítima de Clara Campoamor, el verso sabio de Alfonso X, el erótico discurso de Ortega y el trabajo de miles de ciudadanos que han impulsado el movimiento del voluntariado en el mundo. Estas son las cartas que espera España, esa España que pudo ser y no ha sido, esa España que llevamos grabada en el tuétano y en el alma.

 

Francisco Capacete

Filósofo y abogado


martes, 26 de mayo de 2020

Mentiras de la historia II


Para la memoria colectiva, alimentada por las películas de Hollywood, las pirámides fueron erigidas por esclavos famélicos encargados de arrastrar toneladas de piedra mientras eran maltratados por sus capataces. Todavía hoy se sigue repitiendo este tópico que es, a todas luces, falso.
Hace ya más de veinte años que fueron halladas las tumbas de decenas de obreros que participaron en la construcción de las pirámides más antiguas del Valle de Giza hace más de 4.500 años. Se trata de pozos que contienen docenas de esqueletos pertenecientes a los jornaleros, bien preservados gracias a la arena seca del desierto. Estas tumbas fueron construidas al lado de la pirámide del rey, de modo que no eran esclavos, porque de haberlo sido no se les habría permitido construir sus tumbas al lado de la de su rey. En la zona de habitación de los trabajadores se hallaron inscripciones en las paredes en las que los peones se calificaban de "amigos de Khufu", lo que vendría a demostrar el respeto que sentían hacia el faraón para el que edificaban.
También se han hallado pruebas de que los granjeros del Delta del Nilo enviaban cada día 21 búfalos y 23 ovejas para alimentar a los obreros, que no se calculan en más de 10.000. Los peones rotaban cada tres meses, podían ser atendidos in situ de las lesiones que les producía su labor y aquellos que fallecían durante el trabajo eran sepultados en el área. El hallazgo de las tumbas de los constructores de las pirámides confirmó las primeras investigaciones realizadas en los años 90, en las que los expertos ya cuestionaban el mito de los esclavos. Hace 30 años fue hallada la panadería más antigua de Egipto en la ciudad de los constructores. Podía hornear miles de hogazas al día.
Ya va siendo hora que dejemos de repetir el tópico de los esclavos. Sabemos que es una falsedad histórica. Las pirámides, los templos y otras construcciones importantes fueron construidas, como la Sagrada Familia de Gaudí, por obreros especializados, perfectamente coordinados, que contaban con una logística eficaz y una protección del Estado que, a día de hoy, no han alcanzado ni los países más desarrollados.
Francisco Capacete
Filósofo

sábado, 23 de mayo de 2020

Mentiras de la historia I


En los manuales, documentales, artículos, clases y libros de filosofía, podemos encontrar una falsedad histórica que se ha elevado a la categoría de verdad. De tanto repetirla y con tanta seguridad, es una afirmación que no se discute y se da por demostrada, contrastada y finiquitada. Vamos a demostrar que la filosofía no se inventó en la Grecia clásica en torno al siglo V a.n.e.
En primer lugar, tenemos que ponernos de acuerdo sobre qué es filosofía y luego verificar si lo que entendemos por ella ha aparecido o no en la historia de la humanidad en otras culturas antes o al mismo tiempo que en Grecia.
¿Qué es filosofía? Ni siquiera los filósofos nos ponemos de acuerdo. Para unos es una ciencia del pensamiento en cuanto reflexión sobre las partes, por ejemplo, sobre las distintas ciencias. Para otros es una ciencia de los fines y principios, por lo tanto, una ciencia no empírica, sino especulativa, que se ocupa de los límites conceptuales. Para otras tendencias, la filosofía es sencillamente la actividad que desarrollan los filósofos, un pensar reflexivo que permite ordenar el mundo objetivo y la posición que el yo debe asumir en él. Como podemos ver, en todas estas definiciones encontramos un elemento común, la acción reflexiva del pensamiento humano. Es decir, filosofar es, en definitiva, pensar el mundo y el hombre.
Entonces ¿cuándo comenzó el ser humano a pensar? Obviamente, mucho antes de que aparecieran en escena Pitágoras, Parménides, Tales y el resto de sabios de la Antigua Grecia. Así que la filosofía como reflexión ordenada, lógica, conceptual o imaginativa/intuitiva es muy anterior al siglo V a.n.e.
Es tan obvio lo anterior que podría parecer que pasamos algo por alto. Preguntemos a un filósofo actual por qué se afirma que la filosofía comenzó en Grecia hace 2.500 años y así saldremos de dudas. Este filósofo nos aclara que tal afirmación se hace porque es en la Grecia Antigua donde encontramos por primera vez en la historia a personajes que, si bien es cierto que no son filósofos, sino físicos o científicos, pusieron por escrito una descripción de las causas del mundo de una manera racional. Esto nos obliga a aclarar que expresar por escrito el pensamiento filosófico es algo accidental a la actividad filosófica y no esencial, así como la forma racional del método de trabajo tampoco es esencial, sino circunstancial. Por lo tanto, el hecho de que en el siglo V a.n.e. aparecieran en Grecia pensadores que explicaron el mundo de manera racional no demuestra que la filosofía surgiera por vez primera en esa cultura y en ese siglo, porque otro tipo de filosofías aparecieron en Oriente por aquella época.
Podemos presentar tres ejemplos. Uno es Siddharta Gotama, cuya actividad filosófica le llevó a concluir que la causa del sufrimiento humano es un mal enfoque de los problemas personales. Además, propuso un método lógico y práctico para superar el sufrimiento, el Noble Óctuple Sendero. Otro ejemplo es Confucio, quien teorizó sobre política y ética usando un método deductivo y dialéctico muy similar al usado por Platón. Ambos autores son del siglo VI a.n.e., uno de India y otro de China. El tercer caso es Lao-Tsé. Su filosofía es tan enigmática y profunda como la de los presocráticos y muy anterior a Confucio, quien se inspiró, en parte, en su saber.
Así, demostramos de manera inequívoca que la afirmación de que la filosofía comenzó en Grecia en el s. V a.n.e. es falsa.
No obstante, el filósofo consultado nos aclara, en un último intento por justificar la afirmación tradicional que lo que se quiere afirmar es que en la Antigua Grecia lo que comenzó por primera vez, como algo totalmente original, no es la filosofía, sino la manera más genuina de filosofar. Vale y ¿cuál es esa manera más genuina? La que no se fundamenta en cuestiones religiosas ni mitológicas. ¿Quieres decir que la filosofía no puede tratar cuestiones religiosas ni mitológicas? ¿Acaso los filósofos llamados presocráticos no se fundamentaron en cuestiones religiosas ni mitológicas? No lo sabemos porque de sus textos se han conservado apenas algunos trozos y no la totalidad de su obra. La forma más genuina de filosofar no es el pensamiento abstracto y racional, pues este es una de las variadas herramientas de que dispone el filósofo, ni la más genuina, ni la más eficaz.
Otro argumento que desmonta la falsedad de la afirmación categórica que tratamos es que la filosofía se ocupa también de la ética y no sólo de describir las causas teóricas de la naturaleza. ¿Encontramos filosofía ética en otras culturas distintas a la griega y con anterioridad al siglo V a.n.e.? Por supuesto. Nuevamente nos trasladamos a la India, cuya tradición filosófica se remonta a varios milenos antes de Cristo. La obra titulada Bhagavad Gîta es uno de los tratados más importantes de filosofía ética. Las llamadas Máximas de Ptahotep son pensamientos de ética política del segundo milenio a.C., perteneciente a Imperio Nuevo de la civilización del Antiguo Egipto. Estas máximas o instrucciones conforman un tratado coherente que integra psicología, ética y política en una visión filosófica sobre la labor del funcionario público.
Y, por último, no podemos dejar de señalar que la filosofía no es sólo una disciplina académica ni científica, si bien, puede apoyarse en el método científico y en una institución oficial. Filosofar, al decir de Platón y Pierre Hadot, entre muchos otros, es una actitud vital en la que el asombro, la epojé y la curiosidad innata en todo ser humano, conducen a un enfoque de la realidad inmediata como la parte de un todo. Vemos una nube en el cielo empujada por las corrientes de aire y nos preguntamos, como un niño “¿por qué no se cae?”, a la vez que inmediatamente rozamos otra pregunta “¿es que hay algo que sostiene el cosmos?”. Esta actitud es universal y atemporal. En todo tiempo y lugar, el hombre ha poseído esta actitud natural que llamamos filosofía.
En conclusión, tenemos que reconocer que no podemos afirmar cuándo ni dónde comenzó el hombre a hacer filosofía. Tal vez, el filosofar sea consustancial a lo humano.

Francisco Capacete
Filósofo

jueves, 21 de mayo de 2020

Mi premio nobel de la paz


Sres. académicos:

Es un honor recibir el premio nobel de la paz de manos de la excelentísima Ocasión de Servir y de dirigirme a ustedes en agradecimiento a tal distinción.
“Los seres humanos estamos hechos los unos a causa de los otros”, reflexionaba para sus adentros el insigne emperador Marco Aurelio, recordándose a sí mismo que por esta razón debía o bien soportarlos, o bien instruirlos. La decisión dependía únicamente de él. Aquí radica la bisagra mágica, la toma de decisiones tras una tranquila y pacífica reflexión.
¿Cómo vemos a los demás? ¿Cómo competidores y enemigos o compañeros de ruta? Si nos vemos los unos a los otros como enemigos no tendremos más remedio que sufrirnos. Si nos vemos como miembros de una misma familia o comunidad, nos enseñaremos mutuamente a convivir y aprenderemos esas cosas maravillosas de la edad dorada que el Quijote relataba a su fiel escudero Sancho y a los pastores.
¿Cómo queremos relacionarnos con los demás seres humanos? ¿Con angustia, ira, miedo, recelo, odio, resentimiento? O ¿con amistad, colaboración, solidaridad, compasión, hombro con hombro, devoción, admiración? La elección depende de cada uno de nosotros, de cómo elijamos ver a los demás.
Millones de personas en el mundo hemos elegido mirar con el enfoque inclusivo, con los ojos del compañero –el del alma, como diría Miguel Hernández. Allá donde vayas vas a encontrar una mano amiga. Esta es una realidad contrastada. En mis muchos viajes lo he comprobado y muchos otros amigos y conocidos que han viajado a muchos más lugares que yo, también lo han constatado. Lo que pasa es que el ruido que producen las enemistades y los conflictos –reales e inventados- es tan estruendoso que impide escuchar la música del entendimiento amigable, de la colaboración desinteresada y de las admirables obras benéficas.
Es imperativo informar a la población que la humanidad está ganando la batalla a la inhumanidad, antes de que la desmoralización arraigue en los corazones. Han de sonar los clarines, han de agitarse los estandartes, han de partir los correos hacia todos los horizontes proclamando la situación ventajosa de las huestes del bien. Si cada uno de nosotros, cada día, hace campaña informativa de los actos de servicio que van sucediendo en cada punto del globo, si cada boca habla a cada oído, garantizaremos la victoria sobre la ignorancia y el crimen. Al fin y al cabo, el tirano y el genocida son poderosos en cuanto hacen creer a los pueblos de que lo son. Otra cuestión de enfoque. El enfoque que nosotros hemos elegido y que nos ha hecho merecedor de este premio es el del servicio y no el de la servidumbre.
Así como el sol sale todas las mañanas del mundo, así cada día hay ocasión de servir. La ocasión no viene dada desde afuera de nosotros, sino que la llevamos puesta permanentemente como la piel que vestimos. Servir es dar lo mejor de uno a quienes les pueda beneficiar. Servir es ser útil y ser útil es vivir con conciencia de aporte, de suma, de creación. Cuando servimos depositamos en el mundo algo que antes no estaba. Ese algo, sumado a los muchos algos de todos, son como los bloques de piedra que los canteros medievales labraban para levantar catedrales. Con nuestros actos de servicio construimos templos invisibles a la divina paz.
Tenemos ocasión de servir cuando sonreímos al vecino o al conductor del autobús. Cuando ayudamos a cargar la cesta de la compra y cuando ofrecemos nuestro brazo al anciano que nos ofrece su experiencia. Cuando dedicamos nuestro tiempo a dar de comer a los hambrientos y cuando nos dedicamos a enseñar a los buscan el conocimiento –los otros hambrientos. Tenemos ocasión de servir cuando ahogamos conscientemente esa palabra hiriente que a punto esta de salir de nuestra boca y cuando renunciamos a esa ganancia que es pérdida para otro.
Ocasión de servir es crear arte, ciencia, mística y cultura. Es recrear las tradiciones populares, apoyar la pervivencia de las artesanías y amar la propia tierra si odiar a los que aman otra. Servimos cuando recreamos amor, belleza y pensamiento.
Servimos cuando protegemos al débil, al desfavorecido y al menesteroso. Y servimos cuando nos dejamos ayudar por aquel que está comenzando a dar sus primeros pasos en el servicio, siendo pacientes con sus errores y entusiastas con sus aciertos.
Mas, si servir es dar y no recibir ¿qué ganamos con el servicio? El listado es ganancias es tan largo como las tiras de gasa de las momias egipcias. Recibimos convivencia, lo cual equivale a decir compañía, cercanía, calor, mirada cristalina. Ganamos puertas abiertas, no solo las del corazón, también la de los hogares, pues que la hospitalidad se nutre de buenas intenciones y palabras corteses, esas que te salen espontáneamente cuando sirves. Y cuando las puertas de los corazones de las casas están abiertas, ganamos aldea, pueblo, ciudad.
Ganamos con cada acto de servicio lazos de unión, amarre de almas, encaje de destinos. Cada acción generosa es un hilo de plata que ofrecemos para urdir la sagrada trama de la confraternidad. Y cuando logremos la suficiente urdimbre nos daremos cuenta que los malandrines habrán dejado de serlo, que los menesterosos ya no lo serán más, que las calles rebosarán de alegría y los niños de infancia, que los ancianos compartirán sus sabias lentitudes y los jóvenes sus heroicas alas, que los pesares pesarán menos y las desgracias disfrutarán de compañía, que las fronteras ya no frenarán el paso de los hombres porque la fraternidad se habrá convertido en la bandera universal. ¿Qué más quieres ganar?
Mi premio nobel de la paz no me lo ha concedido ninguna academia, ni tampoco es ningún premio. Es la conciencia de estar haciendo de mi vida un maravilloso acto de servicio.
Francisco Capacete
Filósofo






martes, 12 de mayo de 2020

Filosofía para tiempos revueltos



Resistir no es suficiente. Ante la avalancha de situaciones conflictivas que inundan nuestras vidas, en todos sus aspectos, sería insensato buscar refugio en nuestros inestables hogares en pos de una seguridad que no termina de establecerse nunca. Vivimos una distopía, una utopía al revés, cruda y desalmada, que se cernía sobre el mundo hace años como una pesadilla y que ya está aquí y ahora. Todo lo que sucede alrededor se cuela en nuestras casas a través de la internet, la opinión y la presión social. Si creemos que atrincherarnos nos va a salvar estamos locos, porque los poderes fácticos cada vez tienen más influencia.
Hay una alternativa que es el buen ataque, es decir, pasar a la acción. Poner en el mundo nuestras ideas, nuestros valores y nuestras acciones. Cada uno de nosotros, por pequeño que se crea, puede influir en el conjunto, máxime en la época en que vivimos de democratización del poder. La soberanía popular sin poder es sólo un concepto político. Disponemos de muchas herramientas para ejercer nuestra cuota de legítimo poder ciudadano. Para que estas iniciativas no sean manipuladas conviene echar mano de la filosofía. Ella nos enseña a pensar por nosotros mismos, a conocernos a nosotros mismos y a llevar a la acción nuestro mundo interior. Con la filosofía generamos conciencia.
Hay tres elementos filosóficos que, según la profesora Delia Steinberg, permiten orientarse en tiempos revueltos, la conciencia histórica, la conciencia moral y la conciencia de formación.
Conciencia histórica es tener conciencia del pasado y vocación de futuro. Si nos anclamos al pasado nos la pasaremos llorando por lo que hemos tenido y no volveremos a tener. Si miramos sólo al futuro nos perderemos en fantasías tecnológicas. El que tiene verdadera conciencia histórica entiende tanto del pasado como del futuro y ama lo uno y lo otro. Así es como aparece en nuestra conciencia la idea de evolución y, lo más importante, de continuidad. Podemos continuar la obra de nuestros antecesores.
Conciencia moral es belleza interior y eficacia exterior. El ideal griego de la Kalokagathia, que aparece en Homero y otros autores clásicos, determina que la belleza interior o bondad se refleja en la conducta eficaz, aquella que no desvirtúa aquella belleza y que ennoblece el mundo. Si mostramos nuestros valores morales a través de esta definición tan rica en contenido, no nos dejaremos llevar por el relativismo moral tan presente en nuestra sociedad.
Conciencia de formación es lo que habitualmente denominamos educación. Se trata de desarrollar las potencialidades humanas, es decir, la comprensión profunda más que el intelecto y la imaginación más que la razón. Se trata de promover la convivencia como respeto esencial y la iniciativa como respuesta inteligente a los problemas de la vida. Esta educación formativa con miras a una transformación de las sociedades a través de la transformación individual es hoy más necesaria que nunca.
No estamos solos, nos acompaña la experiencia de la historia, de los millones de hombres y mujeres que nos han precedido. La ética filosófica ha demostrado a lo largo de los milenios que es eficaz para la construcción de la persona y su propia identidad individual, así como el descubrimiento de la identidad colectiva sin denostar las identidades diferentes. Y, ¿qué decir de la educación? Desde Platón y con Platón sabemos que la formación pedagógica es indispensable para hacer una sociedad en la que la conciencia de lo válido sea superior al miedo al castigo.
Resistir sólo no sirve porque nos desgasta. Como el Quijote, armémonos de filosofía y salgamos a los caminos de La Mancha -que es símbolo de la Vida- para llenarla de bien, belleza y justicia. Entre todos somos más poderosos que los monstruos avaros y sanguinolentos que acechan tras los despachos y los parqués bursátiles.

Francisco Capacete
Abogado y filósofo

martes, 5 de mayo de 2020

El virus del miedo



Cuenta una anécdota que el gran médico Paracelso se cruzó con la Muerte camino de Roma, mientras se alejaba de la ciudad de Alejandría, en la que había estado cuidando a miles de infestados por la peste. Le preguntó “¿adónde vas?” y la Muerte le contestó que a Alejandría. El médico le recriminó que visitara la ciudad a la que tantos esfuerzos había dedicado y le arrancó una promesa, sólo se llevaría 10.000 almas. Pasado un tiempo, Paracelso regresó a aquella ciudad y en el caminó volvió a cruzarse con la Muerte, quien en su fatídica bolsa llevaba 40.000 almas. “¡No has cumplido con tu promesa!”, le increpó el médico. A lo que la Muerte le contestó en su defensa que ella sólo había matado a diez mil, como le había prometido, los otros treinta mil habían muerto a causa del miedo.
Esta narración está inspirada en hechos reales. Anna Von Hopffgarten, doctora en biología, ha estudiado la influencia del estrés en el sistema inmunitario y las consecuencias negativas son muchas e importantes. El miedo es un gran productor de estrés psicológico. Por el contrario, el buen humor y el optimismo refuerzan la resistencia del cuerpo y protegen de enfermedades a largo plazo. Una psiquis fuerte hace al cuerpo más resistente frente a agentes patógenos.
Esta información contrastada debe ponernos en guardia frente a las corrientes de opinión y manipulaciones informativas que tienen como objetivo infundir y generar miedo entre la población. Esto es una grave irresponsabilidad porque el miedo puede ser un elemento de agravamiento de dolencias que pueden llevar a la muerte, sobre todo, a personas que ya presentan deficiencias en su sistema de defensas. No debemos caer en la insolidaridad de ser transmisores de este virus que es el miedo.
Dice la filósofa y profesora Delia Steinberg que “el miedo es una terrible garra que se cierra sobre los pensamientos, los sentimientos y la voluntad, restándole al ser humano toda posibilidad de acción inteligente. La actividad vital se reduce a defenderse, a escapar de todo, a rehuir responsabilidades…”. Hay que reconocer que todos sentimos miedo. Al futuro, al pasado, a no ser aceptado, a fracasar, a morir, a vivir, y todos hemos experimentado lo que señala la profesora Steinberg. Aceptar esta realidad nos puede ayudar a mantenerlo a raya, impidiendo que nos tiranice.
En cierta medida es bueno sentir miedo porque nos hace ser cautos y no caer en la temeridad. Por otro lado, un poco de miedo nos pone en alerta. Cuando sentimos miedo nuestro cuerpo segrega hormona adrenocorticotropa y epinefrina, un neutrotransmisor. Ambas sustancias químicas causan la generación de cortisol, una hormona que aumenta la presión sanguínea y el azúcar en sangre y suprime el sistema inmunitario. Se trata de aumentar el nivel de energía disponible en caso de tener que reaccionar ante la amenaza.
Así que, cuando controlamos el miedo de tal manera que nos genere una sana tensión, puede ser un aliado, mientras que cuando él nos controla a nosotros se convierte en un enemigo y nos paraliza.
La clave parece estar en encontrar el justo medio entre tensión y parálisis. Cuando lo que vivimos está desconectado de nuestra voluntad el futuro es totalmente incierto y el miedo puede paralizarnos. Cuando los diferentes aspectos de nuestra vida están conectados a nuestra voluntad, el futuro es un camino de desarrollo, en cierta medida incierto, pero con la incertidumbre de la libertad. ¡Es que no hay otra manera de realizarse que en libertad! ¿Cómo se cura el miedo a la libertad? Con responsabilidad. Nuestra vida, nuestro futuro, nuestras obras, son responsabilidad nuestra y de nadie más. Nosotros somos responsables de nuestros errores y también somos responsables de nuestros aciertos. Dicen los técnicos en seguridad personal que la seguridad total no existe y tienen razón. Hay que arriesgarse. Arriesgarse significa que podemos ganar o perder. Pero como me enseñó mi maestro, ¡acaso una vida en la que no perdamos ni ganemos nada merece la pena ser vivida!
El futuro es incierto, nuestras decisiones no. Las circunstancias que nos han tocado vivir no las hemos elegido nosotros, pero sí que depende de nosotros las decisiones que tomamos durante esta situación de pandemia. No nos dejemos llevar por el miedo. Tomemos las decisiones de aplicar medidas de higiene y prevención y caminemos con la cabeza bien erguida porque así también se yerguen nuestras defensas.

Francisco Capacete
Abogado y filósofo




domingo, 29 de marzo de 2020

El increíble viaje de la mariposa monarca



En el mundo natural suceden numerosos hechos que escapan a nuestra comprensión. Hay arañas que viajan a kilómetros de altitud congeladas, llevadas por las corrientes de aire de las capas frías de la atmósfera, para en un momento dado, comenzar a descender y tras el aterrizaje en lugar cálido, volver a revivir. ¿Cómo consigue el organismo de la araña morir y renacer? Es todavía un misterio que la ciencia no ha podido resolver. Los salmones que nacen en el nacimiento de largos ríos hacen un primer viaje de ida al océano y tras recorrer centenares de kilómetros en mar abierto, consiguen regresar al mismo río que les vio nacer. ¿Cómo se orientan? Los investigadores sólo cuentan con algunas hipótesis, pero no se ha obtenido la respuesta definitiva.

Otro de esos hechos enigmáticos es la migración anual de la mariposa monarca. Esta especie no puede sobrevivir a los inviernos fríos que ocurren en la mayor parte de los Estados Unidos, por lo que migran hacia el sur y el oeste cada otoño para escapar del clima invernal. La migración suele empezar en octubre, pero puede comenzar antes si el clima se vuelve frío. Aquellas que viven al este de las Montañas Rocosas, migrarán hacia México e hibernarán en los abetos oyamel, mientras aquellas que viven al oeste hibernarán alrededor del Pacific Grove, California, en los árboles de eucalipto. Las mariposas monarca utilizan los mismos árboles cada año. El enigma que plantea este hecho es que no son las mismas mariposas que estaban allí el año pasado, porque durante el año muchas mueren y otras son nacidas en esa temporada. Si bien su vida es más longeva que la de la mayoría de las mariposas,  no suelen vivir más allá de los nueve meses. ¿Cómo saben que árboles son los más adecuados para hibernar? Las mariposas monarca son el único insecto que migra cada año a una distancia de hasta ¡4.000 kilómetros!

“Las mariposas monarcas usan una brújula solar para su migración, pero la posición del sol no es suficiente para determinar la dirección correcta. Necesitan combinar la información con la hora del día para saber adónde dirigirse”, señala Eli Shlizerman, científica en la Universidad de Washington en Seattle. Aunque sus enormes y complejos ojos les permiten tomar el sol como referencia y sus antenas alojan un mecanismo de cronometraje molecular, “no entendemos cómo este reloj interno y su brújula solar se conectan de tal manera que se oriente su comportamiento de vuelo”, aclara Steven Reppert, neurocientífico en la Universidad de Massachusetts Medical School.

Los científicos no poseen el conocimiento suficiente para describir toda la realidad. No importa, a fin de cuentas la realidad siempre nos supera. El alma humana, la conciencia, el "yo", también lleva a cabo una migración maravillosa que es la vida. Durante una vida recorremos millones de kilómetros, yendo y viniendo por los mismos lugares. No vamos en pos de alimento o abrigo, vamos buscándonos a nosotros mismos. La ciencia no nos puede responder a la pregunta del ¿quién soy? No por ello debe frustrase la ciencia. No tiene todas las respuestas. El viaje es inevitable, es natural y si lo hacemos bien seguramente que terminaremos encontrando a ese Compañero inseparable que siempre va con nosotros. La inalcanzable realidad, tal vez, sea el verdadero motor que nos impulsa a saber más y a ser mejores. 

Francisco Capacete
Filósofo y abogado

jueves, 26 de marzo de 2020

Tiempos propicios




¡Hay tanto qué aprender de la mitología! Más allá de la presentación un tanto absurda que nos ha llegado, los símbolos y las metáforas que contiene nos aportan un conocimiento muy profundo de la naturaleza humana. Ya sean los mitos greco-romanos, los chinos o los mayas, todos ellos ofrecen al lector un panorama profundo y liberador. Las pruebas que han de superar los personajes semi-divinos son las mismas que nos presenta la vida a los mortales. Por esta razón, al leer esos mitos sentimos que nosotros somos el protagonista que está enfrentando temas profundos y, al enfrentarlos, nos liberamos de la insana tensión cotidiana.

Kairós era en la mitología griega el tiempo propicio, la oportunidad de hacer o conseguir algo. Representaba ese momento, a veces fugaz, en que las circunstancias son las más favorables, en que el viento sopla en la buena dirección y conviene aprovecharlo para iniciar la ruta hacia el buen puerto. Era y sigue siendo ese día promisorio en el que hay que sembrar porque como ese tardará tiempo en aparecer otro. Kairós se representaba como un joven, raudo como Mercurio, calvo, pero con un mechón de pelo, para poder atraparlo cuando pasara por delante. De ahí proviene el dicho “la ocasión la pintan calva”. Si pasaba por delante Kairós y no se le agarraba por el mechón, lo que se veía tras él era el arrepentimiento.

Por circunstancias ajenas a nuestra voluntad nos vemos forzados a pasar mucho más tiempo del habitual encerrados en nuestras casas. Esta situación nos viene dada desde fuera y las autoridades cuidan que el confinamiento sanitario se cumpla. Si todos hacemos lo que se recomienda es muy probable que la situación de alarma termine pronto y, lo más importante, se ataje la propagación del virus y las muertes que está acelerando. Cuando una circunstancia nos llega de imprevisto suele ser un kairós, una oportunidad, un tiempo propicio. Sólo hay que saber leer un poco entre líneas para averiguar a qué buen puerto nos puede llevar.

Ahora tenemos más tiempo para estar cerca de nuestra familia o compañeros de piso. Esto es un hecho objetivo. ¿Qué podemos hacer que generalmente no hacemos? Pasar más tiempo juntos. Este es otro hecho objetivo. Y, ¿de qué nos quejamos habitualmente respecto a nuestra familia? De que no nos entendemos, de que la convivencia se resiente, de que no nos conocemos realmente a pesar de que llevemos equis años compartiendo el mismo techo. A veces descubrimos con cierto terror que nuestro hijo no es el mismo y no nos hemos dado cuenta, que han pasado los años y no los hemos aprovechado para lo más importante: las personas ¿Cuál es el kairós que nos trae este tiempo de confinamiento?

Conviene no dejar pasar la ocasión para hablar más con nuestra familia, con nuestro hijo, con nuestra madre, con nuestra abuela o con nuestra amiga. Pero, ¡de qué vamos a hablar! ¡Si no hay nada que hacer, solamente podremos hablar del maldito coronavirus ese! Y para eso mejor no hablar. Ya estamos hartos de tanta virología. Aquí está la cuestión, de qué vamos a hablar. De nosotros mismos. Si hablamos de nosotros mismos nos conoceremos mejor. Tal vez descubramos cosas de los demás que ignorábamos y que nos permitan convivir mejor. ¿Sabemos cuáles son los miedos de nuestros hijos? Hablémoslo porque es muy posible que nos diga que tiene miedo a defraudarnos y, entonces, podremos explicarle que nunca nos va a defraudar y que lo que más valoramos de él es que sea él mismo.

Nos viene encima un alud de propuestas online para hacer en casa. Esto es terrible. Al final, acabaremos cada uno frente a una pantalla, cada uno en una zona de la casa. Dicen los informativos que se va a aumentar el número de divorcios. ¡Qué triste, que no podamos estar juntos! Disponemos de millones de cosas para hacer en internet, lecturas, juegos de rol, quedadas virtuales, sesiones de gimnasia, etc. Todo eso está bien, sobre todo, porque muchas de esas propuestas provienen de la generosidad. Ahora bien, acordémonos de kairós y aprovechemos la oportunidad de conocer mejor a nuestra familia, de mejorar la convivencia y de hacer menos cosas para hacerlas mejor. Podemos aprovechar para pedir perdón, para reconocer el esfuerzo cotidiano de quienes nos acompañan en el camino de la vida o para conversar con uno mismo.

¡Gracias kairós por este tiempo propicio!