domingo, 24 de marzo de 2013

CUATRO GRAMOS DE TIERRA



Me sorprende y me admira a la vez descubrir que en la piedra viva de la montaña, una hierba ha crecido en un poquito de tierra que ha quedado acumulada en un recoveco. La semilla ha aprovechado siquiera unos gramos de polvo y, como surgiendo de la nada ha comenzado a crecer, segura de sí misma. Si nada se lo impide, crecerá y crecerá hasta recrear una vez más todo el misterio de la vida.
De esta manera, la naturaleza nos enseña que hasta de lo más aparentemente insignificante -un poquito de tierra- puede surgir la maravilla de un ser vivo. Es como si todo el Universo estuviera agazapado y preparado para expresarse detrás de cada átomo, de cada molécula, de cada mota de polvo; y en cuanto suena el pistoletazo de salida en forma de vida, de semilla, de alma, se lanza a la existencia, mostrando todo su esplendor en casda forma de vida. En cada forma de vida, ya sea grande o pequeña, se encuentra todo el universo escrito formando con sus leyes un pentagrama armónico y musical. Y cada nacimiento y desarrollo de cada ser, es como la ejecución original de la partitura universal.
Sin embargo, en la sociedad que vivimos tratan de convercernos de que si no hay cantidad no hay éxito. Por ejemplo, si se hace una obra de teatro y no asiste mucho público es un fracaso, pero si asiste mucho público es todo un éxito. O si un programa de televisión lo ven pocas personas es un fracaso, mientras que si lo visionan miles es un éxito y se le considera un buen programa. Si se tienen muichos amigos es mejor que si se tienen pocos, etc., etc. Pero, ¿no vemos a esa plantita que con apenas cuatro gramos de tierra ya pudo nacer y crecer?, ¿acaso es peor, inferior que el árbol grandioso que creció en tierra fértil? No. La misma calidad de vida hay en una y en otro.
No nos dejemos engañar por la cantidad. La calidad de vida no tiene nada que ver con la cantidad. No siempre más es mejor. Si hacemos algo bien, da igual si hemos hecho más cantidad o menos, da igual si más o menos gente lo aprecia, si lo hemos hecho bien, es bueno en sí mismo.
No nos dejemos arrastrar por la decepción si lo que hacemos no es seguido por mayorías, siempre y cuando tenga calidad. Las mayorías suelen seguir lo fácil e instintivo.
Aprovechemos las pequeñas o diminutas oportunidades que nos ofrece la Vida, porque en ellas también podemos vivir cosas hermosas, profundas, verdaderas. A veces, en un instante breve de tiempo pueden sentirse los más bellos sentimientos. A veces, en un microsegundo podeos descubrir el misterio de la Vida y conectarnos con el Uno/Todo en el que todos los seres somos un corazón latiendo al unísono.