Con
esta pregunta expresamos un sentir generalizado que siempre conlleva un cierto
grado de frustración. ¡Cuántas personas no han sufrido un malentendido con ese
o esa gran amigo/a, al confundir la amistad con el amor! Y, desgraciadamente,
muy pocas relaciones de amistad, tras ese malentendido, han continuado siendo
tan bellas como antes. Por eso, nos hacemos esta pregunta, ¿puede darse una
profunda y bella amistad entre hombre y mujer sin que derive en amor de pareja?
Para poder aclarar este tema es
necesario conocer qué es la amistad y qué es el amor de pareja. Tarea bastante
difícil. Seguramente aquí esté el meollo de la cuestión, en no tener muy claro
qué sea lo uno y lo otro. Y es que en el campo de las emociones nos cuesta
definirnos mucho más que, por ejemplo, en el vestir. Muchas personas tienen
claro que lo suyo son los tejanos y otras que su estilo pasa por los pantalones
de tela y pinza. Pero ¿qué es lo mío es cuestiones emocionales? ¿Cuál es mi
forma de sentir, qué forma le quiero dar a la amistad y al amor que siento? Estas
preguntas, cuando se responden sinceramente, ayudan suficientemente a aclarar
el panorama del amor y la amistad.
Comencemos por el amor de pareja. Hagámonos
la siguiente pregunta: ¿qué es para mí lo más importante? Cada quien fundamenta
el amor en cosas diferentes, el compartir experiencias, tener compañía y no
estar solo, llenar un hueco existencial, reír, etc. Tratemos de encontrar
aquello que es lo que no debe faltar en una relación de pareja y encontraremos su
fundamento.
Y respecto a la amistad preguntémonos
lo mismo: ¿qué es para mí lo más importante? Cada quien fundamenta la amistad
en cosas diferentes, el compartir experiencias, tener compañía y no estar solo,
llenar un hueco existencial, reír, etc. Tratemos de encontrar aquello que es lo
que no debe faltar en una relación de amistad y encontraremos su fundamento.
Curiosamente lo que buscamos en la
amistad y en el amor son experiencias muy similares. Por esta razón, es muy fácil
que una amistad entre un hombre y una mujer pueda dar lugar a una relación de
amor. De hecho es lo más normal, porque a excepción de los “flechazos” en los
que ya hay amor antes incluso de conocerse – por eso en el primer encuentro se siente
un latigazo en el corazón-, el amor suele aparecer en la medida que se va
conociendo al otro y se va descubriendo que es algo especial que coincide más o
menos con el modelo de pareja que buscamos; ¡cuántas parejas surgen en el seno
de un grupo de amigos!
Pero qué es lo que diferencia al amor de
la amistad ¿Acaso la diferencia está en si hay relaciones sexuales o no? Obviamente
no, la diferencia no está en el sexo, porque amores hay que no necesitan del
sexo y hay amistades en las que el sexo no produce amor. La diferencia estriba
en la imagen que nos hacemos de nuestra pareja ideal. Cada uno de nosotros, a
lo largo de la adolescencia, va imaginando cómo le gustaría que fuera su pareja
y con el tiempo llegamos a esculpir en el corazón una estatua de
muchas cualidades que es nuestro amor ideal. Luego, en la medida que conocemos
otras personas encontramos con quienes tenemos una gran afinidad y nos hacemos
amigos, nos gustan cosas parecidas, podemos conversar sobre muchos temas con
confianza y entendimiento y nos apoyamos mutuamente. Aquí nace la amistad. Si
el amigo no se acerca al modelo que tenemos en el corazón, toda la vida será un
amigo y no habrá confusión con el amor. Cuando encontramos a alguien que se
acerca mucho a nuestro modelo de hombre o mujer ideal, nacerá el amor. Y si
conocemos a alguien que se acerca un poco pero no lo suficiente, pero con el
que tenemos afinidad y simpatía podrá ocurrir que de la amistad se pase a una
relación de pareja o, viceversa, que se comience con una relación de pareja
pero luego se convierta en una amistad.
Hombre y mujeres, ¿podemos ser amigos? Claro
que sí. Y muy buenos e íntimos amigos. Para ello, debemos ser conscientes del
modelo de pareja ideal para no confundirnos y dar pie a malos entendidos que
casi siempre se pagan caros. Ser conscientes de ese hombre o mujer ideal no es
tan difícil, porque se percibe con el corazón. Cuando te encuentres ante tu
hombre o mujer ideal lo sabrás porque sentirás la atracción de unirte a él o a ella,
no solamente con el cuerpo, sino sobre todo, con el alma. Entonces nace el
genio del amor que inspira las más bellas palabras y los más bellos gestos que,
solamente los que no han conocido nunca el amor, llaman cursilerías.
Cuando te encuentres con un hombre o una
mujer con la que no tienes que guardar secretos habrás encontrado un muy buen
amigo. Consérvalo para siempre, como amigo.