Mover las ideas e
inspirar las acciones, con una buena dosis de entusiasmo como nexo de unión
entre teoría y práctica, fue la divisa que impulsó la puesta en marcha de la
escuela de filosofía Es Racó de ses Idees en el año 2005. Ha transcurrido un
decenio y no hemos parado de mover la filosofía, de llevar a la práctica las
buenas ideas de griegos, indos, chinos, neoplatónicos, estoicos, herméticos,
racionalistas, vitalistas, existencialistas, etc.
Así como los músculos se
vuelven rígidos cuando no se ejercitan, así la filosofía también se endurece y
deviene inservible cuando las ideas no se practican. En un mundo donde las
ideas se hacen cada vez más dogmáticas –prueba de ello es la ausencia de
diálogo en tantos ámbitos de la sociedad- venimos proponiendo “sacudir”
la filosofía, quitarle el polvo del discurso intelectual estéril y liberarla de
la etiqueta de “cosa rara y pesada”. La movemos y renovamos para que vuelva a
ser el numen luminoso que fue.
Esto es lo que hemos
venido haciendo desde 2005. ¿Cómo se mueve la filosofía? ¿Cómo se renueva, se
rejuvenece y se hace más flexible? Nuestra fórmula ha sido el binomio
filosofía/voluntariado. Que las ideas inspiren acciones útiles para el conjunto
de la sociedad mediante el voluntariado, y que los voluntarios sean conscientes
del sentido de sus acción participativa. La filosofía es una muy buena
herramienta para encontrar el sentido de la vida, y el voluntariado es un medio
para comprobar que ese sentido es real. El filósofo voluntario armoniza la
mente, el corazón y las manos, pone de acuerdo lo que piensa, lo que siente y
lo que hace. Esta autenticidad individual es una de las fontanas de la
felicidad.
Pero nuestra fórmula no
es original. Ya en la Academia de Platón y en la Escuela de los Filaletheos de
Alejandría, los discípulos se formaban para comprender las leyes de la vida y
para ayudar solidariamente a la sociedad. Y esta falta de originalidad es una
de las características de la escuela de filosofía que dirijo. Lo que transmitimos
es el saber de la humanidad, la tradición de oriente y occidente. No hemos
inventado nada y es que, a estas alturas, poca cosa se puede inventar sobre el
sentido de la vida.
¿Es necesaria una escuela
de filosofía? ¿Se puede aprender la búsqueda del sentido de la vida? La
respuesta la dio hace 2.500 años el genial Sócrates. Le preguntó a uno de sus
discípulos que si buscaba zapatos dónde iría a buscarlos y el discípulo le
contestó que obviamente al mercado; entonces –siguió Sócrates- si buscas el
conocimiento del sentido de la vida ¿a dónde vas a ir? ¡A una escuela de
filosofía! Es Racó de ses Idees es una escuela de filosofía sin barreras, sin
complejos, sin discriminaciones, abierta a todos los que apasionadamente buscan
el conocimiento que crece desde el corazón-conciencia.
Algo que nos satisface es
habernos mantenido fieles a los principios fundacionales. Uno de ellos es
favorecer la participación de todos los ciudadanos y acercar a todos la
cultura. Todas nuestras actividades culturales son de entrada libre, no le
ponemos precio a la cultura porque la cultura no tiene precio; tiene valor, un
valor de transformación de la sociedad y del individuo. La cultura y las
tradiciones de Mallorca han tenido y siguen teniendo un lugar destacado en Es
Racó de ses Idees. Hemos visitado la Mallorca talaiótica, romana, islámica,
medieval y cristiana. Nos hemos acercado a Ramón Llull, Jaume I, al archiduque
Luis Salvador y a personalidades de la cultura actual. En los tiempos de crisis
que vivimos mantenemos nuestro compromiso y seguiremos esforzándonos para que
nadie se quede sin cultura.
Filosofía, voluntariado y
cultura son los tres campos de acción de esta escuela de filosofía. El sentido
de la filosofía es la formación del individuo. El sentido del voluntariado es
ayudar en la formación de lazos de fraternidad real entre los seres humanos. El
sentido que le damos a la cultura es ser generadora de un buen ambiente social.
Tres campos de acción con finalidades claras y útiles para todos.
Este 2015 cumplimos 10
años moviendo la filosofía, el voluntariado y la cultura hacia un ideal de
conocimiento, justicia y belleza que nos lleve, en los años venideros, a lograr
una Mallorca mejor de la que tenemos. Tenemos que agradecer públicamente a
quienes han hecho posible la plasmación de este sueño, a todos los miles de
asistentes a las actividades, a los estudiantes y, por supuesto, a los maestros
de filosofía como Platón, Sócrates o Buda, entre otros muchos.
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