Según informa el rotativo Cinco
Días, el 25 de junio se filtró el borrador donde se recogen las condiciones
propuestas por la troika comunitaria al Estado griego para conceder una prórroga
del rescate financiero. Estas son algunas de las condiciones:
1. IVA. La troika pide una recaudación adicional del 1% del
PIB (frente al 0,74% del gobierno de Alexis Tsipras), mediante el aumento del
IVA.
2. Pensiones. Eliminar la subida de 3,9 puntos
de las cotizaciones sociales. La troika también pide aumentar la contribución
de los pensionistas al sistema de salud hasta el 5% de la pensión y eliminar
otro aumento de las cotizaciones destinadas a pensiones no contributivas.
3. Impuesto de Sociedades. Eliminar un impuesto puntual del
12% para las empresas que ganen más de medio millón de euros. El tramo general
del impuesto de sociedades al 28% (ahora está en el 26%) y no al 29% como
propone Grecia.
4. Otras medidas. La troika exige eliminar un
impuesto especial a las máquinas recreativas, la subasta de licencias 4G y 5G,
frenar la corrupción en la Administración Pública y aumentar los recortes en
defensa.
Evidentemente, estas medidas
favorecen a algunos y perjudican a muchos. ¿Quiénes harían el mayor sacrificio
de aplicarse estas medidas? Los ciudadanos griegos de rentas más humildes. El
IVA, como todo el mundo sabe, es un impuesto directo que graba el consumo, es
decir, que son los consumidores finales quienes terminan pagando este impuesto.
Pero es un impuesto injusto, porque le es más difícil asumirlo a las rentas más
bajas que a las más altas. Si, además, no se les aplica el tipo reducido a los
alimentos básicos como la leche, el aceite y el queso, la presión fiscal a las
familias humildes aumenta considerablemente. Por el contrario, para una familia
de economía media y alta, no representa un sacrificio tan grande.
Se propone subir el tipo del IVA en
la hostelería –recordemos que la principal fuente de ingresos del país heleno
es el turismo- y, pareciera que es una buena idea, porque los turistas
extranjeros aportarían una parte del PIB requerido. Sin embargo, un aumento de
precios en el sector turístico, en un mercado tan competitivo, supondrá una
disminución considerable de visitas y una recaudación mucho menor. ¿Por qué,
entonces, propone la troika este aumento si va a perjudicar la recaudación? La
intención es clara: beneficiar a Turquía. La CEE no termina de aprobar el
ingreso de este país en sus filas porque es mayoritariamente islámico. Sin
embargo, lo necesita en la lucha contra la hegemonía irania y china en la zona
de Oriente Medio. ¿Cómo recompensar a Turquía por ser “amiga” de Occidente?
Hace unos años, en 2003, se le regaló el primer premio del festival de Eurovisión –los que lo recuerdan saben que
ganó in extremis. Ahora, aprovechando
la crisis griega, quieren favorecerle de nuevo regalándole una porción del
pastel turístico. Lo de menos es el sufrimiento de los ciudadanos. Este no es
un tema que preocupe a los gobernantes comunitarios. La motivación de fondo es
que gane el mercado, es decir, las grandes y monstruosas “agencias” de hacer
dinero.
Nos encontramos más de lo mismo en
la reforma de las pensiones. Se trata de beneficiar a los empresarios
rebajándoles las contribuciones sociales. Es una medida que pretende que las
empresas estén en condiciones de generar empleo. Si los trabajadores son más
baratos, porque hay que pagar menos a la seguridad social, las empresas tendrán
más dinero disponible para concertar más contratos de trabajo. Muy bien, pero
la consecuencia de esta medida macroeconómica sin corazón, será una menor
protección social de los trabajadores. Medidas como estas lo que generan a
corto y medio plazo es el aumento del trabajo esclavista. Además, proponen que
los pensionistas cobren menos. Nuevamente, la troika pretende que sean los
ciudadanos más humildes quienes paguen los platos rotos de los gobernantes
responsables de la crisis financiera griega.
El gobierno de Tsipras
pretende que las empresas que obtengan beneficios superiores al medio millón de
euros, paguen un impuesto adicional del 12% y que el tipo del impuesto de
sociedades sea del 29%. La troika dice “¡NO, que paguen el desastre los
trabajadores. No los que gana más, sino los que ganan menos!”
Se habla mucho de crisis
financiera, de desastre económico, de rescates a países -eufemismo para designar el negocio de
préstamos billonarios con el que se lucran unos pocos-, cuando el escenario que
tenemos es el desastre democrático, social y ético. ¿Dónde ha quedado el gobierno
del pueblo para el pueblo? ¿Dónde han quedado los valores de la democracia? En
el cubo de la basura. ¿Dónde guardan los políticos el principio de
responsabilidad? En la nueva caja fuerte de Pandora, cerrada a cal y canto para
que no se escapen todos los bienes de la humanidad. Los gobernantes son
irresponsables. Si nos preguntáramos quiénes son los causantes de la quiebra
económica de un país y buscáramos nombres y apellidos lo tendríamos bien
difícil. Nadie lo dice claramente. Pero, es obvio, que los responsables son los
presidentes de gobierno y los ministros de economía que han gobernado durante
los años en los que se fue generando la enfermedad, porque no hicieron nada por
curarla, así como el responsable de la quiebra de una empresa es el que
administra las cuentas y el que toma las decisiones. ¿Por qué a aquellos
gobernantes no se les exigen responsabilidades? Han sumido a un país entero en
la ruina y ni siquiera tiene que rendir cuentas. Miles de familias han pasado
penurias y las siguen pasando y ninguno de esos ministros es auditado. Miles de
trabajadores han perdido sus puestos de trabajo y ni siquiera piden disculpas.
¡Es una monstruosidad democrática!
Estos sucios negocios
también han causado sufrimiento en nuestro país, así como en Portugal e
Irlanda. Y lo peor de todo esto es que los responsables de los recortes y de
las crisis económicas siguen en la política y se les sigue dando confianza para
gobernar.
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