El pasado lunes 10 de julio, participé como filósofo voluntario de Es Racó de ses Idees en la primera sesión que, sobre el sentido de la vida, ha organizado la asociación pro-salud mental Estel de Llevant. Esta asociación tiene el objetivo de mejorar las condiciones personales, sociales y laborales de las personas con problemas de salud mental y de sus familias en el entorno donde viven, las comarcas de Llevant y Migjorn. Los usuarios siempre han sido los verdaderos protagonistas de todos sus proyectos. La escuela de filosofía Es Racó de ses Idees y Estel de Llevant colaboran desde hace años aportando ideas filosóficas a los usuarios del centro. Cuando nos propusieron abordar el difícil tema del sentido de la vida con estas personas, nos alegramos profundamente, porque teníamos una nueva oportunidad de demostrar a todos que la estigmatización de las personas que tienen afectada su salud mental es un prejuicio injustificado. Íbamos a reflexionar con ellos, nada más y nada menos, que sobre el sentido de la vida.
Nada más comenzar surgieron preguntas y dudas. ¿Por
qué cuando tratas de hacer el bien a los demás, a veces sufres? ¿Qué es mejor
dejarse llevar o planificar nuestras vidas? ¿Hay que prepararse para afrontar
la muerte? ¿De dónde viene el ser humano? ¿Qué nos aporta la religión? Las
preguntas se fueron alternando con las opiniones e ideas de cada uno. Por
ejemplo, conversamos acerca de la importancia del amor y de cuidarse de los
seres queridos y cercanos. Y así, volaron raudos los 60 minutos de que
disponíamos. Afortunadamente, quedaban dos encuentros más para continuar con un
tema tan apasionante y que interesa a todos.
Al finalizar, los rostros de todos los usuarios se
habían transformado, ya no eran los mismos porque un destello de conciencia
prendió en su interior. Aina Mascaró, coordinadora y enfermera de salut mental,
nos lo hizo notar. En Estel de Llevant son partidarios de darle prioridad a la
actividad física, artística e intelectual, sobre la medicación. La medicación
sola no cura. A veces no queda más remedio que administrarla, pero la curación
es un proceso más complejo que engloba entorno familiar y social, diagnóstico y
tratamiento y un buen alimento interior. Es lo que se conoce en los ámbitos
profesionales como la atención integral.
En
la década de los 80 surge en España el movimiento de salud mental comunitaria
que tiene como eje fundamental la rehabilitación psicosocial e integración
laboral. El profesor y psicólogo Alejandro Arribas explica que
“La rehabilitación psicosocial forma parte de la atención integral a enfermos
mentales crónicos y trata de complementar el tratamiento farmacológico para
conseguir la mejora del funcionamiento personal y social. Se sitúa en el ámbito
de la prevención terciaria, es decir, intentando disminuir las secuelas de la
enfermedad, aprendiendo y potenciando la recuperación del mayor número de
capacidades posibles. De este modo la rehabilitación apoya a los enfermos
mentales en el desempeño de sus roles y capacidades en todas las áreas de
su vida, promoviendo la mayor autonomía e independencia posible”.
Una
herramienta útil para promover en los usuarios de centros de salud mental una
mayor autonomía personal es, sin duda, la filosofía. Por esta razón, la entidad
que dirijo tiene asumido el compromiso de ser útil a la sociedad, de hacer de
la filosofía un componente más de la cultura al servicio de los ciudadanos, de
todos los ciudadanos, sin exclusiones. Para ello, debe el filósofo ser claro y
alejarse tanto de los tecnicismos como de la arrogante erudición. Decía Ortega
y Gasset que la claridad es la cortesía del filósofo. Ser claros y sencillos en
la expresión de las ideas no es síntoma de ignorancia o falta de preparación,
sino de inteligencia, pues sólo los inteligentes pueden sintetizar las ideas y
los razonamientos en pocas palabras. Decía
Confucio que las palabras del sabio son concisas pero expresivas, casuales pero
plenas de un significado oculto y el sabio es experto en presentar ejemplos
ingeniosos para que las gentes lo entiendan.
Tal
vez, la crisis que enfrenta la filosofía desde hace décadas y que ha propiciado
que muchas personas la vean como algo inútil y prescindible, venga causada por
el alejamiento de los filósofos de la sociedad. Un alejamiento no tanto físico,
sino intelectual. Es como si las facultades de filosofía hubieran construido
torres de marfil donde el filósofo se solazó pensando teorías que nada tenían
que ver con la realidad profunda cotidiana. Mientras los médicos, dentistas,
ingenieros y payasos se comprometían con los problemas del mundo y promovían
asociaciones de voluntariado y ayuda social, los filósofos permanecían en su
solitaria torre. Si queremos que la filosofía vuelva a brillar como en la
Grecia Clásica tenemos que arrimar el hombro en la construcción de un mundo
mejor.
Las
personas necesitamos filosofía y la filosofía necesita comprometerse con la
sociedad. Esta mutua necesidad hace que las ideas se conviertan en herramientas
de progreso humano.
¡Gracias a los amigos de Estel de Llevant por
regalarnos una nueva ocasión de cumplir con nuestro compromiso!
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