martes, 9 de abril de 2013

LAS CUENTAS CLARAS





La crisis económica es un tema sobre el que se habla mucho y se dice poco. En el libro de gran éxito que podríamos titular “La Quiebra”, encontraríamos un capítulo dedicado al déficit público, esto es, a que determinados países no tienen suficiente dinero público para hacer frente a los gastos públicos. Los recortes que se han visto “obligados” a hacer países como Portugal, Grecia, España o Irlanda, se deben a que se ha gastado más de lo que se podía gastar. Como esto se ha hecho durante los últimos años, el agujero se ha ido haciendo cada vez mayor. Sin embargo, a día de hoy, nadie ha explicado por qué ese agujero no se ha corregido antes, ni por qué se ha permitido que se fuera haciendo cada vez mayor. Si todos los gobiernos cuentan con funcionarios especializados en economía, ¿cómo es posible que nadie se percatara de lo que iba a pasar?, ¿por qué no se han tomado medidas para evitar los recortes?

Estas y otras preguntas necesitan respuestas claras si queremos conservar y proteger los fundamentos del sistema democrático que tantos esfuerzos costó conquistar. Uno de esos fundamentos es la obligación de informar a los gobernados con transparencia para que puedan votar con conocimiento de la situación real del gobierno y del estado; otro es la responsabilidad de los políticos frente a los gobernados. Ni uno ni otro se aplican hoy día en la Unión Europea. Hay mucha ocultación de información tras una avalancha de datos: formalmente todos informan, pero en el fondo los ciudadanos estamos desinformados.

Según el Índice de Corrupción por países 2012 que Transparencia Internacional ha publicado recientemente, los países de la CEE que hacen recortes son los que mayor índice de corrupción presentan (para consultar el índice
http://www.transparency.org/cpi2012/results), esto es, son los más corruptos de la Unión Europea. También aquellos países del este que presentan cuentas próximas a la quiebra técnica sacan puntuaciones altas en corrupción.

¡Terrible coincidencia! ¿Quiere esto decir que los agujeros económicos que han provocado los recortes presupuestarios se deben, en gran parte, a la corrupción política? Esta es una pregunta que planea como espada de Damocles sobre las cabezas de los políticos europeos. Es muy sospechoso que a día de hoy, ningún gobierno ha explicado el porqué se ha llegado a la situación actual. Ninguna instancia política ha explicado a la ciudadanía qué ha causado el agujero en las economías nacionales. Ningún partido político ha tocado el tema de ¿dónde ha ido a parar el dinero que falta?, ¿qué se ha hecho con el dinero público, cómo se ha invertido y gastado?, ¿quién es el responsable de que falte dinero en las arcas públicas?

La explicación sobre la falta de respuestas es muy sencilla: no pueden contestar adecuadamente porque si así lo hicieran deberían admitir que el dinero que falta se lo han quedado los propios políticos de manera ilegal, fraudulenta y, a veces, criminal. Es verdad que ya están siendo juzgados algunos políticos por desviar fondos, por firmar contratos millonarios que benefician a particulares y otras mil “lindeces” lucrativas. Solamente en España más de 300 políticos están acusados de corrupción. Sin embargo, mucho nos tememos que la persecución de ¡unos pocos! oculte la responsabilidad de todos. Y por “todos” nos referimos a todos los políticos, ministros, altos funcionarios, concejales, alcaldes, presidentes, etc., municipales, autonómicos, nacionales europeos, etc., que han actuado o han consentido la corrupción. ¡Ocultar que la economía de un país va mal no es tan fácil! Muchos políticos y altos funcionarios tienen acceso y manejan las cuentas públicas. Se supone que en los actuales estados europeos hay controles para detectar anomalías. Y, es verdad, que los controles han saltado, pero cuando la gallina de los huevos de oro ya está agonizando. Y la “gallina de los huevos de oro” somos todos los ciudadanos. Los controles deberían haber actuado mucho antes.

Falta dinero público, ¿dónde ha ido a parar? Digámoslo claro, a las cuentas bancarias y bolsillos de la clase política. Por esta razón, aunque el agujero se ha ido haciendo cada vez más grande, nadie se ha atrevido a tapar el agujero por el que han ido desapareciendo tantos miles de millones de euros. La cifra es escandalosa. La falta de ética, principios morales y vergüenza de la clase política también.

No hay comentarios: