En el año 2004
la Conferencia General de la UNESCO declaró el tercer jueves del mes de noviembre
como el Día Mundial de la Filosofía (DMF). La Directora General de la UNESCO,
Irina Bokova, recordó que “La práctica de la filosofía es una dinámica que
beneficia a toda la sociedad. Ayuda a tender puentes entre los pueblos y las
culturas y refuerza la exigencia de una educación de calidad para todos”.
Hoy
es un día especial para reivindicar más filosofía. Marchamos hacia un futuro
poco prometedor: crisis económica, aumento de la pobreza y de la delincuencia,
desastres naturales –y no tan naturales-, corrupción política, etc. ¿Qué se
puede hacer para solucionar esta situación que se agrava con el paso del
tiempo? Hay muchísimas propuestas para paliar los efectos negativos de la
economía de mercado, de la corrupción política y de la polución salvaje que
atenta contra todos. Pero algo falta: voluntad de mejorar. Por muy buenas
soluciones que se pongan encima de la mesa, si no hay voluntad real de mejora
nada será eficaz. Y aquí es donde entra en juego la filosofía.
El
“amor a la sabiduría”, como llamaron los atenienses a la forma de vida
filosófica, conduce de manera progresiva y real a la integración del individuo en
la sociedad y a ésta en la naturaleza. ¿Cómo? Conociéndose a uno mismo y lo que
nos rodea. Conocerse a uno mismo es una actitud de búsqueda de lo mejor del ser
humano, de los valores éticos que nos hacen humanos. Conocer lo que nos rodea
es una valoración adecuada de los demás y de la naturaleza en la que vivimos. Y
es que “el auténtico conocimiento interior
empieza por el servicio a los demás”. Este conocimiento, para ser real, debe
activar la voluntad de ponerlo en práctica. Cuando el conocimiento se ama,
naturalmente se activa la voluntad. Recordemos que para Aristóteles la acción
virtuosa es la que se práctica libremente, porque si no hay decisión voluntaria
no puede desarrollarse la propia naturaleza.
Todas las grandes filosofías
clásicas enseñan que hay un principio de unión que rige el universo: el cosmos
viene de un mismo principio y marcha hacia una misma finalidad. La ciencia
actual explica que todo en el cosmos está relacionado de una manera “orgánica”
o a través de campos que, a su vez, se insertan coherentemente en otros campos
mayores, como si fuéramos un mismo ser con diferentes facetas. Este principio
de unión, entre los seres humanos, se traduce en comprensión y convivencia. Durante
varios siglos este principio se ha olvidado y las consecuencias negativas son
evidentes. Hace falta voluntad para plasmar este conocimiento en el día a día
Por
estas razones, en la escuela de filosofía Es
Racó de ses Idees promovemos el “Amor por la Sabiduría” uniendo filosofía y
voluntariado para que conocimiento y voluntad de acción vayan de la mano.
Formamos y educamos en base a este binomio para aprender a ir juntos y
respetando el planeta Tierra. Porque, seguramente, si no lo hacemos así, no
iremos a ningún lado. En el DMF proponemos un acercamiento al conocimiento que
amplíe no sólo la mente, sino también el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario