domingo, 23 de diciembre de 2012

LOS DIOSES: ¿DESCUBRIMIENTO O INVENCIÓN?


En el colegio nos enseñaron la diferencia entre descubrir e inventar. Nos dijeron que Colón descubrió América y que Edison inventó la fonógrafo. Aquél se encontró con algo que ya existía y éste construyó algo nuevo. Nos enseñaron que Colón no inventó América ni Edison descubrió el fonógrafo. En estos temas la cosa es clara, pero en otros temas nos debatimos en medio de la duda. Por ejemplo, los dioses, ¿son una invención del ser humano o un descubrimiento?

            Varios son los argumentos que se esgrimen en un sentido y en otro. La diversidad de nombres y cultos sin aparente relación entre ellos es un argumento muy utilizado para demostrar que la deidad es una creación del ser humano, así como la manipulación de las iglesias. En este artículo vamos a destacar algunos argumentos a favor de la deidad como descubrimiento del hombre y no como creación ex nihilo del mismo.

Los hallazgos realizados en la Sima de los Huesos, en la Sierra de Atapuerca, confirman que los homínidos que habitaron en esta zona de la provincia de Burgos hace 300.000 años, realizaban "de forma consciente y con un comportamiento ritual y simbólico" los enterramientos de sus congéneres. Hace unos 80.000 años, los neandertales comenzaron a enterrerar a los muertos. No se trataba de simples medidas higiénicas. En los enterramientos, el difunto iba acompañado de algunos objetos (instrumentos de sílex, adornos, ...), que se conocen como ajuar funerario. La existencia de ritos funerarios reflejan una clara preocupación por lo que sucedía después de la muerte.
La percepción de entidades espirituales, ya fueran las almas de los difuntos o los espíritus de la naturaleza, estaba muy extendido ya en estas primeras fases de la humanidad. Y la magia chamánica o simpática establecía una relación con los seres no físicos que fueron “retratados” en las pinturas rupestres.

Son numerosísimos los indicios de la actitud religiosa o mística entre los “primeros” seres humanos. Así como el lenguaje, la conexión con la dimensión sacra ya se halla presente en los inicios de la humanidad. Por esto, cabe preguntarse, ¿cómo es posible que en tan poco tiempo evolutivo haya podido el hombre inventar todo un mundo espiritual? Pasar de una experiencia concreta, por ejemplo, “el cuerpo de mi compañero ya no se mueve” a una concepción trascendente como “el alma de mi compañero ha partido de viaje”, no es tan fácil. La concepción trascendente requiere una representación de diferentes dimensiones, una representación de cosas que están más allá de lo físico e inmediato y un sentido de perdurabilidad del alma mayor que la del cuerpo.

Así como el lenguaje no fue una invención de unos pocos seres humanos que se extendió al resto, sino una activación simultánea de una potencialidad de toda la especie, la conciencia espiritual no fue una invención de unos pocos que enseñaron o convencieron a los demás. Para que algo se desarrolle simultáneamente entre todos los individuos de una especie, sin aprendizaje como causa de ello, debe tratarse de algo innato a la especie. Y, hasta el momento presente, no existen pruebas ni indicios de que la actitud mística o religiosa haya sido fruto de un aprendizaje que haya comenzado en un foco cultural humano y se haya extendido al resto de la humanidad.

El hombre paleolítico dejó un reflejo de su visión del mundo en las pinturas rupestres. Este tipo de arte se ha encontrado en casi todo el globo y su antigüedad, si bien es difícil de fijar con exactitud, varía desde los 20.000 a los 4.000 años. En muchas de ellas aparecen figuras extrañas, seres de una plasticidad etérea. Parece ser que muchas de aquellas representaciones son la expresión de mundos o seres invisibles que los chamanes artistas “veían” en otras dimensiones de la  realidad. ¿Cómo es posible que en aquel arte rocoso y cavernario encontremos imágenes tan semejantes y que pertenecen a grupos diferentes? Copiarse no se copiaron. ¿Acaso los chamanes captaban otra dimensión donde habitaban seres tan reales como los hombres? Es la explicación más sencilla y coherente con los descubrimientos realizados.

Los seres humanos más antiguos de los que se tiene conocimiento descubrieron un mundo invisible y entablaron relación con seres espirituales. Sólo así puede comprenderse que en muy poco tiempo evolutivo realizaran ceremonias o ritos de comunicación con lo invisible y que lo realizaran en todas las partes del mundo, una vez, la especie se hubo diseminado y separado.

Por otro lado, ¿cómo puede explicarse la coincidencia en la simbología o representación teológica en diferentes civilizaciones? Prácticamente, todas las culturas vieron tres divinidades principales, desde los griegos hasta los incas, tanto en el Antiguo Egipto como en la India. La luna, como gran divinidad, en muchísimas culturas representa la fuente de conocimiento de cosas antiguas o instintivas, mientras que el sol, como dios padre, la fuente de sabiduría, salud, justicia y es divinidad creadora. ¿Por qué en culturas tan alejadas como la egipcia y la toteca, la china y la cultura de Caral, expresen a la divinidad principal con la figura de la pirámide? ¿A qué se debe el tan extendido culto a las diosas femeninas en el Paleolítico Superior, cuando llevávamos tan poco tiempo evolutivo como sapiens sapiens? La Venus de Willendorf está datada en el 22.000 ane.,  la diosa de Laussel en el 25.000 ane. y la escultura más antigua de una diosa que proviene de Brassempouy, en la región francesa de Las Landas es del 29.000 a. C. ¿A qué se deben estas y muchísimas otras coincidencias? Antes de que el homo sapiens, ya sea en su versión neanderthal, ya sea en su versión "mejorada" de sapiens, elaborara ideas abstractas o conceptos universales, expresó realidades atemporales como fueron los dioses, seres que no veían físicamente, pero que percibían. La explicación más sencilla y coherente con los hechos es el descubrimiento de un mundo invisible donde habitaban seres tan reales como los que viven en el mundo físico.

A estos seres espirituales se les denominó dioses. El hombre descubrió a los dioses, no los inventó. Y este descubrimiento fue la causa de la mística y la trascendencia que nos han acompañado en todo momento en nuestro camino evolutivo.
Muchas veces se trata de encontrar la naturaleza humana en el comoprtamiento de los primeros hombres y se habla de que éramos cazadores despiadados o brutos solidarios, pero además de estos comportamientos, no podemos negar la evidencia de que por encima de todo éramos seres vinculados con lo invisible, con lo espiritual y con una cotidiana necesidad de trascendencia. Esta necesidad fue el motor de la evolución de nuestra conciencia que en tan poco tiempo evolutivo, despertó a la inteligencia superior.

jueves, 20 de diciembre de 2012

QUÉ SOMOS



Hay un vecino misterio en la forma de nuestra mano. Sí, mírala con atención por unos segundos. Te darás cuenta que la forma la percibimos por comparación entre lo que es la mano y aquello que no es la mano. Casi podríamos decir que en esa sutilísima frontera comienza la mano. Mas, esta percepción de los sentidos es ilusoria e irreal. La mano, nuestras manos, no comienzan en su externo límite, sino en su propio interior; el origen de la mano, como si de una flor se tratara, hay que buscarlo en el brazo. El brazo es como una maceta con tierra en la que hay sembrada una semilla y la mano es la flor que germina y se abre al sol de la mañana.

Así, el ser humano, nosotros mismos, no somos el límite que hay entre los demás, no somos lo que nos diferencia de los demás, no somos la ropa, ni los cabellos, ni los zapatos, ni el bolso, ni la libreta donde anotamos nuestras reflexiones y que tiene impresa en su tapa una hoja seca que, cual si fuera el casco de un barco, surca el viento de la melancolía. No somos lo que nos hace exclusivos, no somos lo que excluye, ni la forma que separa. No somos la forma, ni un límite, ni una limitación.

Somos lo que nos hace únicos. Y lo que nos hace únicos se encuentra en nuestro interior, en el más interno círculo de nuestro ser interior. El Atmá, el “SerPlenodeSíqueAbrazaTodo”, el Uno, es lo que nos hace únicos. En aquellos instantes en que rozamos siquiera nuestro verdadero Ser somos únicos. Aquel día en que hemos podido vivir según nuestros verdaderos designios, ese día lo hacemos único. La persona que se supera a si mismo se hace única. 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿PARA QUÉ SIRVE LA MENTE?





Con el derrumbe del Racionalismo cartesiano provocado por la incapacidad de solucionar los problemas del mundo por medio del diálogo y la diplomacia, ha surgido un misticismo que huye de todo aquello que huela a razón-mente, para refugiarse en lo intuitivo y mágico. Desde este punto de vista, apoyado a veces en interpretaciones parciales de filosofías orientales, ideologías anarquistas y posturas existencialistas, la mente no sirve para encontrar lo válido en la vida.
            Por otro lado, la educación que recibimos desde el colegio hasta la universidad, se basa en lo mental –algunos dirían que en lo cerebral- y no se enseña a usar o desarrollar la intuición ni lo espiritual. Como la educación también está fallando y los estudios no sirven para hacernos mejores –ni siquiera para encontrar un trabajo estable-, se refuerza la sensación de que la mente es un estorbo, un algo que tenemos pero que no sabemos para qué sirve realmente.
Vivimos en una época de contradicciones. Fuertes corriente antagónicas se ensarzan en una lucha desesperada. Sufrimos una avalancha de propaganda de las más variadas y opuestas posiciones: ecologistas y consumistas, pacifistas y armamentistas, creyentes y ateas, etc. Una de esas luchas actuales es la de intuición versus razón.
La mente es una conquista evolutiva. El hombre no siempre ha tenido mente. No es hasta la arribada al sapiens que podemos hacer un uso amplio de la mente. Siendo una conquista evolutiva debe tener una sentido, una finalidad y una utilidad que van más allá de los intereses particulares y que se nuclean en torno a la adaptación al medio. Si tenemos mente por evolución es porque la necesitamos para adaptarnos a la naturaleza. Desde este punto de vista, la mente no es inservible.
La mente es una de las ubicaciones del “yo”. En la filosofía occidental se llegó a la conclusión de que “pienso, luego soy”. En la filosofía de India y en el Budhismo transhimaláyico la mente es un aspecto formal de la conciencia, es decir, puede dar forma a las experiencias para integrarlas en la conciencia del “yo”. Tanto en unas filosofías como en otras, la mente tiene la capacidad de registrar procesos en la memoria y ésta, por medio de los recuerdos, ayuda a montar el puzzle de la propia conciencia, del quienes-somos-realmente, del verdadero Yo.
La mente es una herramienta al servicio del ser humano. Como toda herramienta es un medio y no una finalidad. Podemos decir que la evolución humana no tiene como fin crear la mente, sino que el desarrollo de la mente es un medio para seguir evolucionando, así como la escoba no es la finalidad de un/a amo/a de casa, sino una herramienta para lograr higiene. ¿Para qué la hacemos servir a esta herramienta? Y, ¿para qué sirve realmente?
La hacemos servir, en lo cotidiano, para:
a) Comparar. Las personas se comparan unas con otras e, inevitablemente, nacen la envidia y los complejos de inferioridad o de superioridad.
b) Criticar. Cuando se valoran las conductas de los demás en función de los propios criterios personales, olvidando que los criterios personales sólo sirven para valorar las propias conductas y no las de los demás.
c) Desear. Cuando la mente desea algo lo quiere poseer y si no se tiene un sentido de la justa medida, el instinto de posesión irrumpe en medio de las relaciones humanas en forma de egoísmos y luchas por conseguir lo que tiene el otro.
d) Crear límites e imposibilidades. Una mente sin formación adecuada suele decirnos “no puedes”, “no lo vas a conseguir”. Cuando crea estos límites totalmente fantasiosos y quiméricos, surgen los miedos. Y los miedos obstaculizan el desarrollo al impedir ir más allá de nuestros propios límites.

¿Para qué sirve la mente?

a) COMPRENDER. Una mente sana y despierta puede comprender qué es cada cosa, qué supone cada situación, cuál es el problema a resolver. Podemos unirnos a la naturaleza comprendiendo sus leyes y adaptándonos a ellas. La comprensión otorga flexibilidad, capacidad de reacción y, por consiguiente, convivencia. La actividad científica se basa en un deseo de comprender.
b) APRENDER. No nacemos sabiendo –con permiso de Platón. Aprendemos imitando, para lo cual es necesaria la memoria. Aprendemos poniendo en práctica lo que leemos o escuchamos, siendo también necesaria la memoria así como la capacidad adaptativa que requiere de un proceso intelectual. Esta capacidad de aprendizaje ofrece un sentido de perfeccionamiento natural, permitiéndonos percibir el sentido de la vida.
c) PENSAR. Dijo Confucio que pensar una sola vez antes de actuar es poco y lleva a la temeridad; pensar tres veces antes de actuar es mucho y lleva a la inacción; pensar dos veces antes de actuar es lo justo y conduce a la acción eficaz. Pensar no es darle vueltas a las cosas como el cuento de nunca acabar. Pensar es caminar alrededor de una idea hasta “ver” qué es esa idea. Pensar es reflexionar, sopesar pros y contras, mover con la mente las imágenes a fin de componer en uno mismo la sinfonía de la realidad. Pensar no es deformar subjetivamente la realidad, sino recrear en nuestro interior una copia personal del mundo. Con el pensamiento no se consigue apresar la verdad, pero se puede comprender las leyes de la vida y el sentido de ésta. La serena reflexión es el mejor apoyo de la intuición.
d) AMAR. Saber querer requiere de un conocimiento. Una mente clara, desprovista de prejuicios, puede alcanzar el conocimiento necesario para cultivar los sentimientos. No nacemos sabiendo amar, pues de ser así no tendríamos tantos problemas afectivos. Tenemos problemas afectivos porque no hemos aprendido a amar. Y la mente sirve para aprender, entre otras cosas, a amar y admirar.

Si usamos la mente para lo que sirve notaremos que nos irá traspasando una aire fresco que se llevará la hojarasca de los miedos, de las dudas, de las envidias y los egoísmos. Y si al pensar le unimos el intuir y el amar, sin hacer discriminaciones propias de un racionalismo trasnochado, podremos sentirnos completos, felices, realizados.

jueves, 22 de noviembre de 2012

HOMBRE Y MUJERES ¿PODEMOS SER AMIGOS?




Con esta pregunta expresamos un sentir generalizado que siempre conlleva un cierto grado de frustración. ¡Cuántas personas no han sufrido un malentendido con ese o esa gran amigo/a, al confundir la amistad con el amor! Y, desgraciadamente, muy pocas relaciones de amistad, tras ese malentendido, han continuado siendo tan bellas como antes. Por eso, nos hacemos esta pregunta, ¿puede darse una profunda y bella amistad entre hombre y mujer sin que derive en amor de pareja?
            Para poder aclarar este tema es necesario conocer qué es la amistad y qué es el amor de pareja. Tarea bastante difícil. Seguramente aquí esté el meollo de la cuestión, en no tener muy claro qué sea lo uno y lo otro. Y es que en el campo de las emociones nos cuesta definirnos mucho más que, por ejemplo, en el vestir. Muchas personas tienen claro que lo suyo son los tejanos y otras que su estilo pasa por los pantalones de tela y pinza. Pero ¿qué es lo mío es cuestiones emocionales? ¿Cuál es mi forma de sentir, qué forma le quiero dar a la amistad y al amor que siento? Estas preguntas, cuando se responden sinceramente, ayudan suficientemente a aclarar el panorama del amor y la amistad.
            Comencemos por el amor de pareja. Hagámonos la siguiente pregunta: ¿qué es para mí lo más importante? Cada quien fundamenta el amor en cosas diferentes, el compartir experiencias, tener compañía y no estar solo, llenar un hueco existencial, reír, etc. Tratemos de encontrar aquello que es lo que no debe faltar en una relación de pareja y encontraremos su fundamento.
            Y respecto a la amistad preguntémonos lo mismo: ¿qué es para mí lo más importante? Cada quien fundamenta la amistad en cosas diferentes, el compartir experiencias, tener compañía y no estar solo, llenar un hueco existencial, reír, etc. Tratemos de encontrar aquello que es lo que no debe faltar en una relación de amistad y encontraremos su fundamento.
            Curiosamente lo que buscamos en la amistad y en el amor son experiencias muy similares. Por esta razón, es muy fácil que una amistad entre un hombre y una mujer pueda dar lugar a una relación de amor. De hecho es lo más normal, porque a excepción de los “flechazos” en los que ya hay amor antes incluso de conocerse – por eso en el primer encuentro se siente un latigazo en el corazón-, el amor suele aparecer en la medida que se va conociendo al otro y se va descubriendo que es algo especial que coincide más o menos con el modelo de pareja que buscamos; ¡cuántas parejas surgen en el seno de un grupo de amigos!
Pero qué es lo que diferencia al amor de la amistad ¿Acaso la diferencia está en si hay relaciones sexuales o no? Obviamente no, la diferencia no está en el sexo, porque amores hay que no necesitan del sexo y hay amistades en las que el sexo no produce amor. La diferencia estriba en la imagen que nos hacemos de nuestra pareja ideal. Cada uno de nosotros, a lo largo de la adolescencia, va imaginando cómo le gustaría que fuera su pareja y con el tiempo llegamos a esculpir en el corazón una estatua de muchas cualidades que es nuestro amor ideal. Luego, en la medida que conocemos otras personas encontramos con quienes tenemos una gran afinidad y nos hacemos amigos, nos gustan cosas parecidas, podemos conversar sobre muchos temas con confianza y entendimiento y nos apoyamos mutuamente. Aquí nace la amistad. Si el amigo no se acerca al modelo que tenemos en el corazón, toda la vida será un amigo y no habrá confusión con el amor. Cuando encontramos a alguien que se acerca mucho a nuestro modelo de hombre o mujer ideal, nacerá el amor. Y si conocemos a alguien que se acerca un poco pero no lo suficiente, pero con el que tenemos afinidad y simpatía podrá ocurrir que de la amistad se pase a una relación de pareja o, viceversa, que se comience con una relación de pareja pero luego se convierta en una amistad.
Hombre y mujeres, ¿podemos ser amigos? Claro que sí. Y muy buenos e íntimos amigos. Para ello, debemos ser conscientes del modelo de pareja ideal para no confundirnos y dar pie a malos entendidos que casi siempre se pagan caros. Ser conscientes de ese hombre o mujer ideal no es tan difícil, porque se percibe con el corazón. Cuando te encuentres ante tu hombre o mujer ideal lo sabrás porque sentirás la atracción de unirte a él o a ella, no solamente con el cuerpo, sino sobre todo, con el alma. Entonces nace el genio del amor que inspira las más bellas palabras y los más bellos gestos que, solamente los que no han conocido nunca el amor, llaman cursilerías.
Cuando te encuentres con un hombre o una mujer con la que no tienes que guardar secretos habrás encontrado un muy buen amigo. Consérvalo para siempre, como amigo.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

DÍA MUNDIAL DE LA FILOSOFÍA


En el año 2004 la Conferencia General de la UNESCO declaró el tercer jueves del mes de noviembre como el Día Mundial de la Filosofía (DMF). La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, recordó que “La práctica de la filosofía es una dinámica que beneficia a toda la sociedad. Ayuda a tender puentes entre los pueblos y las culturas y refuerza la exigencia de una educación de calidad para todos”.

            Hoy es un día especial para reivindicar más filosofía. Marchamos hacia un futuro poco prometedor: crisis económica, aumento de la pobreza y de la delincuencia, desastres naturales –y no tan naturales-, corrupción política, etc. ¿Qué se puede hacer para solucionar esta situación que se agrava con el paso del tiempo? Hay muchísimas propuestas para paliar los efectos negativos de la economía de mercado, de la corrupción política y de la polución salvaje que atenta contra todos. Pero algo falta: voluntad de mejorar. Por muy buenas soluciones que se pongan encima de la mesa, si no hay voluntad real de mejora nada será eficaz. Y aquí es donde entra en juego la filosofía.
           
            El “amor a la sabiduría”, como llamaron los atenienses a la forma de vida filosófica, conduce de manera progresiva y real a la integración del individuo en la sociedad y a ésta en la naturaleza. ¿Cómo? Conociéndose a uno mismo y lo que nos rodea. Conocerse a uno mismo es una actitud de búsqueda de lo mejor del ser humano, de los valores éticos que nos hacen humanos. Conocer lo que nos rodea es una valoración adecuada de los demás y de la naturaleza en la que vivimos. Y es que “el auténtico conocimiento interior empieza por el servicio a los demás”. Este conocimiento, para ser real, debe activar la voluntad de ponerlo en práctica. Cuando el conocimiento se ama, naturalmente se activa la voluntad. Recordemos que para Aristóteles la acción virtuosa es la que se práctica libremente, porque si no hay decisión voluntaria no puede desarrollarse la propia naturaleza.


            Todas las grandes filosofías clásicas enseñan que hay un principio de unión que rige el universo: el cosmos viene de un mismo principio y marcha hacia una misma finalidad. La ciencia actual explica que todo en el cosmos está relacionado de una manera “orgánica” o a través de campos que, a su vez, se insertan coherentemente en otros campos mayores, como si fuéramos un mismo ser con diferentes facetas. Este principio de unión, entre los seres humanos, se traduce en comprensión y convivencia. Durante varios siglos este principio se ha olvidado y las consecuencias negativas son evidentes. Hace falta voluntad para plasmar este conocimiento en el día a día
            Por estas razones, en la escuela de filosofía Es Racó de ses Idees promovemos el “Amor por la Sabiduría” uniendo filosofía y voluntariado para que conocimiento y voluntad de acción vayan de la mano. Formamos y educamos en base a este binomio para aprender a ir juntos y respetando el planeta Tierra. Porque, seguramente, si no lo hacemos así, no iremos a ningún lado. En el DMF proponemos un acercamiento al conocimiento que amplíe no sólo la mente, sino también el corazón.

miércoles, 24 de octubre de 2012

SILENCIO SINFÓNICO


En una sociedad como la actual tan llena de cosas, tan repleta de aparatos, tan marcada por los ruidos que no cesan, pareciera que el silencio solamente puede significar vacío, fracaso o vergüenza. Y, por lo tanto, no es de extrañar que se evite el silencio y que ante la amenaza de su llegada se acuda desesperadamente a llenarse de lo que sea.

Sin embargo, el silencio es mucho más de lo que aparenta. Todo da comienzo en el silencio. Nos enseñan los astrofísicos, ese tipo de científicos que están todo el día en las estrellas, que antes de que se iniciara el universo que conocemos solamente había silencio. ¡Y qué maravillas salieron de él! En el silencio el músico capta los sentimientos que sonarán más tarde en los instrumentos y ¡qué maravillas han compuesto los tocados por la mano de la musa inspiración! En el silencio hay paisajes éticos de verdadera belleza, como el perdón, la comprensión, el sentido común, la bondad y la serena justicia. En el silencioso vientre de la madre se mece el milagro de la vida. El invierno se nutre de silencios, pues en la aparente inactividad bulle lentamente el germen de la primavera.

Naturalmente que no podemos convivir ni relacionarnos sin hablar. Estas palabras no son una loa a la vida en silencio. La facultad del habla es un prodigio de la evolución y de los maestros y padres. Es que muchas veces hablamos con palabras vacías, sin alma, porque han surgido del ruido y no del silencio vivo que es la reflexión.

Meditar y reflexionar en silencio es una manera de conocerse a uno mismo. Otorgarle unas horas de vacaciones a la lengua para escuchar la voz del corazón es un buen ejercicio. Así como para que la flecha salga con fuerza del arco es necesario tensar la cuerda hacia atrás y esperar unos segundos de tensión tranquila, para que nuestras palabras broten con color y fuerza es imprescindible agantar los pensamientos unos instantes en la mente, con la sana tensión de la vigilancia interior. Así podemos elegir las mejores palabras, aquellas que expresen de la mejor manera lo que sentimos y pensamos.

Hablar irreflexivamente es como expulsar los alimentos que se comen antes de digerirlos. Hablar irreflexiblemente produce críticas, acusaciones, palabras duras e hirientes. Hablar sin silencio propicia el arrepentirse de lo dicho. Hablar sin meditar es como improvisar tocando un instrumento sin saber música.

El silencio también es señal de vida y riqueza interior, de dominio propio y serenidad. Muchas cosas bellas y necesarias nacen del silencio. Tú y yo hemos nacido del silencio, de esa tierra donde se forjan los sueños, los más maravillosos sueños de hacer un mundo nuevo y mejor.

SEMEJANZAS

Es maravilloso descubrir las semejanzas entre lo pequeño y lo grande.




TIERRA

SISTEMA SOLAR

Tanto el átomo, como el planeta tierra, como nuestro sistema solar, tienen una estructura compuesta de un núcleo, una zona intermedia y una frontera o límite o corteza. Es como si una misma ley natural fuera la responsable de la causación formativa de estas tres estructuras naturales, o sea, la causa que genera las formas básicas de su estructura. De esta manera, la formación de la materia no sería debida al azar, sino a la existencia y acción de leyes regentes de las formas. A estas leyes "responsables" de las formas presentes en la naturaleza les llamó Platón "arquetipos" o "ideas".

jueves, 18 de octubre de 2012

CONAN el cimerio

Unos de los personajes que más he admirado de pequeño ha sido Conan, el cimerio. Este héroe del cómic fue creado por Robert E. Howard y le puso este nombre, que hizo famoso Arnold Schwarzenegger, en honor al insigne escritor Arthur Conan Doyle. Éste último es padre del detective más sabueso de todos, Sherlock Holmes y un defensor del espiritismo, corriente que investigó, llegando a escribir buenos libros de consulta.
Conan, el cimerio, vivió en un tiempo de leyenda, cuando la gran catástrofe de la Atlántida todavía estaba reciente en la memoria. Cimeria es una tierra bárbara, con brujas y magos que hacen de la hechicería su herramienta de dominio sobre súbditos y reyes. En aquella tierra y en aquel tiempo los reyes lo eran por el poder de su espada y no por la sangre que corría por sus venas. Conan sólo cree en el poderoso dios Crom y en su voluntad simbolizada por su espada.
El cimerio es un héroe solitario que tantas veces como lucha por una recompensa, tantas y una renuncia a ellas por honor. Ni aun el oro puede esclavizar a Conan. Mercenario inteligente e incansable, llegó a ser rey por el poder de su espada.

miércoles, 17 de octubre de 2012

VOLUNTARIADO SOCIAL

El voluntariado social es una manera de fomentar los lazos de unión, solidaridad y fraternidad. El que se da a los demás con lo mejor de si mismo, no solamente agranda su corazón, también ensancha el corazón de quien recibe su ayuda. En Es Racó de ses Idees la filosofía se hace amor a través del voluntariado. Es increíble lo que descubrimos al hacer reír a los niños, a los pacientes del Hospital General de Mallorca, a los ancianos: todos los seres humanos somos uno, porque lo que sienten los beneficiarios lo sentimos los voluntarios al instante. Y siempre queda un agradable sabor en el corazón.

jueves, 11 de octubre de 2012

EL VIEJO NUEVO CONTINENTE


En muchos libros de historia y de texto todavía se sigue repitiendo el tópico del Nuevo Continente cuando se refieren a América. Es una suerte de hábito cultural que arrastramos desde el siglo XVI, cuando Europa se entusiasmó ante el descubrimiento de Colón y Américo Vespuccio; el mundo se amplió con la gran novedad geográfica y, por contraposición a la dilatada historia de Europa,  se consideró como “nuevo” al continente americano. Hoy deberíamos saber que este continente es tan antiguo como el resto, al menos es lo que confirman las investigaciones de Wegener y otros. No se puede hablar de América como un continente nuevo. Sin embargo, el tópico sigue repitiéndose.
         Pero, ¿acaso las civilizaciones precolombinas son tan antiguas como la sumeria o la india? Hasta hace unos treinta años, podía considerarse que la civilización en suelo americano era más reciente que en África y Asia. No obstante, la presencia humana está datada del 30.000 a.d.C. y no en el norte, donde se supone que comenzó la colonización de América procedente de Asia; los restos más antiguos se han hallado en el sur de Sudamérica (Monte Verde, Chile). La agricultura y la ganadería surgen en América a la par que en otros continentes. Alimentos fósiles de maíz, calabaza, patatas, animales domésticos y otros han sido encontrados en Mesoamérica y Suramérica con dataciones de hasta hace diez mil años. La civilización de Caral en Perú data de hace más de 5.000 años. Si tenemos en cuenta que los indicios de ciudades más antiguas en otras partes del mundo son las de Çatal Höyük  en Anatolia (5.000 a.d.C. aprox.), y Harappa o Mohenjo-Daro en el subcontinente indio (3.500 a.d.C. aprox.), tampoco se puede seguir afirmando que América es el “nuevo continente”.
         Las civilizaciones más conocidas de América son, sin duda, la azteca, la maya y la inca, pero no son las más antiguas. Más bien, son las últimas civilizaciones de la América Antigua. Mucho antes que ellas encontramos ya asentadas y desarrolladas las culturas olmeca, tolteca, chavinense, la de Huaca Partida, wari y tiahuanacota, entre muchas otras. Los toltecas fueron los predecesores de los aztecas o mexicas, quienes fundaron Teotihuacán, la “Ciudad donde los hombres se preparan para ser dioses”. Los olmecas dejaron el misterio de sus colosales cabezas esculpidas con facciones negroides, como si sus ancestros hubieran sido habitantes del África subsahariana. La cultura de Chavín de Huantar la conocemos principalmente por las ruinas de su “ciudad santa”, un centro ceremonial que maravilla por la disposición circular de su plaza central, el sistema hidro-acústico con que imitaban los rugidos del dios Jaguar y los pasadizos subterráneos donde se halla, enigmáticamente clavado, el Lanzón de Chavín. Tiahuanaco, en el altiplano boliviano, es una de esas ruinas arqueológicas que desprende misterio y enigma por los cuatro costados. ¿Quiénes lo construyeron? ¿Qué representa la llamada Puerta del Sol? Si se encuentra a más de 70 kilómetros del lago Titicaca, ¿por qué construyeron un puerto?
         Los vestigios arqueológicos de todas estas culturas que precedieron a aztecas, mayas e incas, son de fecha incierta, no se han podido datar directamente, sino con medios indirectos, esto es, datando restos orgánicos o cerámicas encontrados en las ruinas. Bien podría ser que esos restos datables pertenecieran a una ocupación más moderna que la época de la construcción principal. De hecho, todos los centros sagrados de la América Precolombina han sido reutilizados, reformados y reactivados muchísimas veces. Incas y aztecas, cuando entraron en escena en la historia, ya encontraron centros sagrados que consideraban muy, muy antiguos, del mismo modo que los romanos continuaron el culto en templos y centros de peregrinación anteriores a ellos que consideraban sagrados, como, por ejemplo, el templo de la diosa Fortuna en Palestrina.
         Y los descubrimientos no han terminado. Seguramente que en los próximos años saldrán a la luz restos arqueológicos mucho más antiguos que los hallados en Caral. Si la presencia humana es de al menos 32.000 años, el homo sapiens habrá tenido tiempo suficiente para generar culturas de remota antigüedad y quién sabe de qué extraordinarias características. Porque hay algo que nos asombra: cuánto más antigua es una civilización, más refinada, más ética y más espiritual aparece. ¿Serán nuestras fantasías traspasadas a la historia? O, más bien, ¿son un ejemplo de lo que la humanidad presente debe recuperar?

jueves, 4 de octubre de 2012

PLATONOMANÍA

Uno de los filósofos que más ha fascinado en los últimos 2.500 años ha sido, sin duda, Aristocles de Atenas, más conocido por su apodo gimnástico, Platón. Su vida está llena de episodios extraordinarios, más propios de un hombre de acción que de un pensador. Pero es que el filósofo griego no fue un teórico de las ideas, sino que se entregó de lleno a promover un cambio en aquel mundo clásico que se deslizaba casi irremediablemente hacia la decadencia. En su juventud, además de estudiar a los clásicos del momento, Homero y Hesiodo fundamentalmente, se preparó para participar en las Olimpíadas, logrando algunos triunfos. Luego se adentró en las artes y, más en concreto, en el teatro, componiendo algunas tragedias de gran calidad literaria. Pero comprobó con tristeza que tanto en los Juegos Olímpicos como en el teatro se iba dejando de lado el ideal griego de la excelencia, el aristos. Por esta razón, cuando conoció a quien más tarde se convertiría en su maestro, Sócrates, quien le inició en la filosofía como modo de vida, quemó todas las obras de teatro que había escrito y se dedicó a conservar el sentido de lo justo, lo bello, lo válido y lo verdadero, para que no desaparecieran de la vista de los hombres. 
Sin embargo, este propósito no iba a ser fácil, se ganaría las críticas de muchos de sus conciudadanos, como comprobaba que ocurría con Sócrates. No se amedrentó, viajó a Egipto para forjarse un carácter resistente ante las adversidades, dado que en el País del Nilo existían centros de sabiduría donde enseñaban a dominarse a uno mismo, a poder ser dueño de uno mismo y no dejarse esclavizar por las circunstancias. Muchos años pasó entrenándose en Heliópolis y a la vez investigando las leyes de la naturaleza para poder ofrecer al mundo una de las filosofías más espectaculares que han salido a la luz.
Una vez de regreso en Atenas, fundó la Academia, una escuela de filosofía que perduró durante casi mil años. Allí enseñó y escribió. Allí preparó a sus discípulos para que pudieran gobernar con justicia. Y así la Academia se convirtió en un foco de conocimiento que irradiaba continuadamente la luz de los grandes ideales.
¿Cómo luchó Platón contra la crisis del mundo griego? ¿Cómo combatió el escepticismo, el mercantilismo, la corrupción de los gobernantes? ¡Con las ideas! Y, ¡qué ideas! 
El mito de la caverna como una alegoría que expresa la imperiosa necesidad de la educación del pueblo para no ser manipulado. Platón dedicó gran parte de sus diálogos a la paideia, a la educación. Esta idea ha inspirado a todos los pedagogos que se han preocupado por el bienestar de la sociedad. 
La inmortalidad del alma, demostrada de mil maneras diferentes, fue y es la enseñanza que  otorga sentido a la vida.
El conocimiento que, según el divino Platón, debe basarse en recordar las esencias y no en reunir en la cabeza gigas de información. 
El diálogo como forma de encontrar juntos la verdad que hay más allá de cada uno.
Es el momento de reivindicar a Platón como el filósofo anti-crisis. Sus ideas son herramientas eficientes para reorientar la vida de los seres humanos. Cuando casi todo a nuestro alrededor se quiebra y se rompe, cuando la corrupción, la falta de educación, el sinsentido, se adueñan de todo, llega el momento de buscar el sentido perdido de la vida. Llega el momento de rescatar aquellos ideales que desde hace dos milenios y medio han sobrevivido a todas las edades medias, a todas las crisis y a todos los amos de la caverna.
En su diálogo sobre la Justicia y el Estado, Platón propone que los gobernantes no deben cobrar por ejercer sus cargos. El estado les facilitará la manutención y el alojamiento. Pero no pueden tener ganancias de ningún tipo. Sólo con aplicar esta recomendación platónica, gran parte de la corrupción actual desaparecería, porque la inmensa mayoría de los políticos saldrían huyendo de los parlamentos y los consistorios. ¡Nos quedaríamos sin políticos! ¡Podríamos comenzar de nuevo!
¡Ea, por el perro, dialoguemos nuevamente con Platón!